En un acto encabezado por la presidente Cristina Fernández de Kirchner, que contó con la presencia de gobernadores, el presidente del INTA –Carlos Casamiquela– y otros funcionarios, fue aprobado un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el INTA por un valor de 170 millones de dólares que, sumado a un aporte local de 43 millones, permitirá financiar el proyecto de inversión diseñado por el instituto por un total de 213 millones de dólares.

El anuncio –del que también participaron el representante del BID en la Argentina y la vicepresidenta del Banco Mundial– se incluyó entre otros préstamos de organismos multilaterales de crédito para inversión pública, que tendrán por objetivo financiar obras de infraestructura vial y saneamiento de agua para las provincias, que suman un total de 3.502 millones de dólares.

“Este préstamo viene a fortalecer el sistema de innovación del Estado y más específicamente el área de ciencia y tecnología para el sector agropecuario”, expresó Casamiquela, para quien el otorgamiento “sin dudas fortalece al INTA”. El titular del instituto reconoció especialmente las gestiones realizadas por el ministro Domínguez y destacó su apoyo para avanzar en “la recuperación de espacios en todo el país, a partir de obras de infraestructura que permitirán seguir consolidando la presencia del INTA en los territorios de toda la extensión argentina”.

De acuerdo a lo expresado por el director general de administración del INTA, Rosendo Tarsetti, este préstamo “contribuye a mejorar la productividad, sostenibilidad ambiental y equidad socioeconómica del sector agropecuario de la Argentina”. Del mismo modo, Tarsetti explicó que entre los objetivos del financiamiento, el INTA podrá “fortalecer el sistema de innovación agropecuaria, aumentando la capacidad de generación y transferencia de nuevas tecnologías, productos y procesos, el incremento de la cobertura de los servicios de extensión y la mejor atención a la pequeña agricultura familiar”.

Tarsetti indicó que los cinco componentes que integran el programa apuntan al fortalecimiento de la capacidad estratégica de Investigación y Desarrollo (que implica el 41,3% del total del presupuesto); la vinculación tecnológica y la cooperación internacional (7,8%); el apoyo a la transferencia de tecnología y extensión (16,5%); el apoyo a la investigación para la pequeña agricultura familiar (3,6%); la modernización y el fortalecimiento institucional (26,2%), lo que cual implica, entre otras cosas, la construcción de un edificio central que agrupe a las unidades del INTA descentralizadas en la ciudad autónoma de Buenos Aires. A los componentes anteriores se añaden, además, montos para auditorías, imprevistos y la propia coordinación y administración del programa (4,6%).

Asimismo, manifestó que se constituyó una unidad de gestión del programa, a cargo del economista del INTA Gabriel Parellada, que junto a la Dirección General de Administración tomará los recaudos para el cumplimiento de los objetivos propuestos, incluyendo el presupuesto y los plazos de ejecución.

En cuanto a los resultados del proyecto de inversión, el presidente del INTA expresó que se espera “disminuir las brechas tecnológicas e incrementar las tasas de adopción de innovaciones tecnológicas rentables, lo cual resultará en una mayor contribución del INTA a los aumentos en producción y productividad de granos y oleaginosas, así como de la participación de la agricultura familiar en la producción agropecuaria argentina”.

En esa misma línea, las expectativas apuntan a promover la expansión de la frontera del conocimiento mediante nuevos procesos y productos, como la biotecnología y la tecnología de la información, sin olvidar “el fortalecimiento de las capacidades de generación y transferencia de tecnológicas a nivel local y regional”, dijo Casamiquela.

Foto: gentileza Presidencia de la Nación