Arrancó una muestra de tecnologías a medida del pequeño productor
Con una amplia participación de pequeños productores y estudiantes de todo el país empezó ayer la tercera edición de la muestra de maquinarias y herramientas. En el predio del INTA en Ituzaingó, más de cien pymes y talleres metalmecánicos de 18 provincias exhiben tecnologías apropiadas para la agricultura familiar.
La Javiyú, la Cañera INTA y La Reconquista, fueron las abanderadas de la apertura del III Encuentro del Mercosur Ampliado de Máquinas y Herramientas para la Agricultura Familiar, que quedó inaugurado formalmente ayer por la tarde, en la nueva sede de la estación experimental agropecuaria del INTA en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), organizado por el instituto, junto a los ministerios de Agricultura, Ganadería y Pesca y Desarrollo Social de la Nación, la Fundación ArgenINTA y la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria para la Agricultura Familiar (Camaf).
El mal tiempo que tiñó la mañana no impidió que pequeños productores y estudiantes se dieran cita en Ituzaingó –Buenos Aires–, para participar de la primera jornada de la muestra, donde más de 100 pymes metalmecánicas de todo el país exhiben sus tecnologías.
En el acto de apertura, el presidente del instituto, Carlos Casamiquela, destacó “el hecho de poder contar hoy con el diseño de políticas públicas con el Ministerio de Desarrollo Social y con el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca, que nos permiten al INTA transformarnos en herramientas concretas en la participación, en el diseño y en la ejecución de esas políticas”.
Asimismo, recordó que el sector de la agricultura familiar agrupa a más del 60% de los productores de nuestro país, que son capaces de producir más del 20% de los alimentos que la Argentina genera. “Mi presencia acá es básicamente la de reafirmar esa línea de trabajo, de compromiso, de acción, de dar todo el soporte tecnológico necesario para un mejor desarrollo, más equitativo y más inclusivo de la agricultura familiar”, aseguró.
Por su parte, Carla Campos Bilbao, secretaria de Desarrollo Rural y de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, luego de transmitir el saludo formal de la primera mandataria, Cristina Fernández de Kirchner, consideró que “esta muestra está dando clara señal de la decisión política de nuestra presidenta de cambiar y modificar la estructura productiva agropecuaria de nuestro país”.
Asimismo, sostuvo que “la Argentina es capaz de producir alimentos, no sólo para abastecer al mundo dentro de su matriz política institucional, sino que también puede y debe asegurar la alimentación, la soberanía y la seguridad alimentaria de la Argentina y de los países de la región”.
El encuentro expone maquinarias especialmente adaptadas y validadas para la agricultura familiar, distribuidas en cuatro senderos que componen la muestra estática: Producción Primaria, Agregado de Valor, Energías Renovables y Proyectos y Prototipos. Además, ofrece charlas, paneles, mesa de acuerdos tecnológicos, rondas de intercambio entre empresarios, productores, financiadores y Estado, entre otras actividades que pueden seguirse en el programa del encuentro.
La agricultura familiar, destacaron los organizadores, representa en el Mercosur ampliado –con la reciente inclusión de Venezuela– el 88 por ciento de las explotaciones agrícolas y ocupa a unos cinco millones de familias en la región.
Si bien este segmento posee una importante función como fuente de trabajo, en la generación de renta en la actividad agrícola y la retención de la migración del campo a la ciudad, la mayoría de las familias vive, produce y desarrolla su actividad en condiciones desfavorables, en zonas con tejidos industriales alejados de su realidad, limitado acceso a la infraestructura productiva y social básica, al crédito y al capital. Así, enfrentan una competencia desigual y producen en condiciones asimétricas.
El objetivo es adecuar máquinas o herramientas desarrolladas para otra escala productiva a la realidad del agricultor familiar, hacerlas accesibles y ajustadas a sus necesidades y diseñar innovaciones y tecnologías apropiadas, en respuesta a problemas productivos y sociales de una región.
“Más allá de ser partícipes de intereses propios de un sector de la sociedad, no descuidamos y comprendemos acabadamente lo que significa integrarnos con distintos de sectores de la economía y de la sociedad”, dijo en la apertura Marcos Follonier, presidente de la Camaf.“Por eso esa trilogía entre Estado, empresas, educación, cada vez se hace más solida más fuerte y entendemos que es el camino que tenemos que recorrer para consolidar estos procesos”, agregó.
En la apertura participaron el intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo; el presidente de la Camaf, Marcos Follonier; el director nacional del INTA, Eliseo Monti; Liliana Paredes de Periotti, subsecretaria de Políticas Alimentarias del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; el vicepresidente del instituto, Francisco Anglesio; los subsecretarios Emilio Pérsico y Luciano Di Tella, el presidente del INTA, Carlos Casamiquela; el presidente de la Fundación ArgenINTA, Javier Ortega y la secretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Carla Campos Bilbao.
Una vidriera para los fierros y más
El encuentro permite conocer una gran variedad de máquinas, como tractores con sistemas hidráulicos, minitrilladoras, cosechadora de caña en verde, ensachetadoras y pasteurizadoras, ordeñadoras, moledoras, hornos móviles, cosechadoras de semilla a tracción animal, aerogeneradores eólicos, tecnologías para acceso y uso eficiente de agua, toda una amplia gama de maquinarias especialmente adaptadas y validadas para la agricultura familiar.
Casamiquela mencionó en particular tres cosechadoras, exclusivamente diseñadas para la agricultura familiar enla Región Pampeana: Javiyú -para algodón-, Cañera INTA –para caña de azúcar- y Reconquista –para cereales y oleaginosas-, que dieron marco al escenario de la apertura.
“La asociación con las pymes permite hoy que haya un proceso, no sólo de producción, sino de exportaciones, señaló. Luego destacó los logros recientes dela Javiyú: “La máquina cosechadora de algodón acaba de obtener la patente en Estados Unidos, en China y ya han llegado las primeras 20 máquinas fabricadas en Argentina a Turquía”.
Pero no son estas las únicas cosechadoras que pueden verse en la exposición. Con 22 caballos de fuerza,750 kg, sin caja de cambios ni embrague, el tractor Jensen TH22 es un tractor desarrollado especialmente para acercar alta tecnología al agricultor familiar de pequeña escala. Esta innovación, que optimiza la cosecha y mejora las condiciones de trabajo, podrá verse junto a desarrollos similares en el encuentro.
“Por su tamaño y peso resulta ideal para entrar sin dificultad a los yerbales”, explicó Gustavo Jensen quien, con el apoyo de la fundación ArgenINTA, es el responsable de su diseño y fabricación.
Esta máquina es la primera en su tipo fabricada en la provincia del Chaco y, por su tamaño, es la única de desarrollo nacional. “Las empresas argentinas encargadas de la fabricación de tractores no cuentan dentro de su gama de productos con unidades de esta escala”, dijo Leonardo Venturelli, investigador del Instituto de Ingeniería Rural del INTA, donde se realizaron los ensayos para homologar sus prestaciones.
Este tractor funciona con un sistema hidráulico, al que se le agregó una neumática adaptada especialmente para la producción de yerba mate. “Esta tecnología optimiza el corte a mano y mejora las condiciones de trabajo, ya que el esfuerzo recae ahora sobre la neumática”, señala Jensen. Se trata de un equipo de alta tecnología que incluye implementos de rastra, desmalezadora y rotovator.
El tractor TH22 se presenta como una solución a la falta de herramientas de los pequeños productores y es una alternativa a la tracción animal. Enla Argentina, el 20 por ciento de las explotaciones agropecuarias, unas 67.000 en total, utiliza la tracción animal para las tareas agropecuarias. “Este tractor brinda la posibilidad de dejar la tracción a sangre y trabajar con herramientas sofisticadas”, indicó Jensen.