12 de agosto de 2010

Superpoblación de palomas: cómo disminuir los daños

El manejo de los daños ocasionados por aves en cultivos y otras producciones extensivas presenta un desafío particular: no existe una única medida de control.

“La superpoblación de palomas torcazas se transforma en problema al destruir cultivos de girasol, sorgo, cebada y trigo en las provincias de Chaco, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Buenos Aires”, explica Jaime Bernardos, especialista en manejo de vida silvestre del INTA Anguil -La Pampa- .

En los últimos cuatro años la paloma tuvo un crecimiento exponencial debido a la expansión de la superficie agrícola, la presencia de montes cercanos a los cultivos -lugar perfecto para que la población de palomas se reproduzca- y la disponibilidad de agua. “Mientras la paloma tenga alimento tendrá los recursos para seguir creciendo”, indica Bernardos. 

Según el técnico de Anguil, las características ecológicas de las palomas medianas las hacen particularmente exitosas en su adaptación a los cambios en los agroecosistemas ya que poseen alta supervivencia, oportunismo para la reproducción y oportunismo dietario.

Sonia Canavelli, especialista en ecología y conservación de vida silvestre del INTA Paraná, remarcó que “el manejo de los daños ocasionados por aves en cultivos u otras producciones extensivas presenta un desafío particular, pues no existe una única medida de control que ofrezca resultados inmediatos, eficiente en términos económicos y con bajo impacto ambiental”.

El enfoque del INTA apunta, entre otras medidas, a reducir los daños y la tasa de crecimiento de la población. Al respecto se realizan ensayos de limpieza del extracto arbustivo, práctica con la que se logró una merma del 75% en la cantidad de nidos.

Además, según Canavelli, quien trabaja en un proyecto sobre “Bases ecológicas, sociales y tecnológicas para disminuir los conflictos entre las actividades agropecuarias y las especies silvestres”, uno de los principales factores que regularían la abundancia de palomas medianas sería el alimento disponible a lo largo del año.

Por esto, todas las medidas que se adopten para disminuir la cantidad de granos disponibles en el campo contribuirían a mantener las poblaciones de palomas en niveles tolerables, además de aumentar las ganancias -al reducir otras fuentes de pérdidas sobre los cultivos-.

La única alternativa de manejo efectiva por sí sola en el corto, mediano y largo plazo, es la exclusión de las aves del lote mediante redes o tramas multifilamentos -lo cuál es factible sólo en cultivos intensivos de alto valor-.

Cualquier otra alternativa que se utilice tiene resultados inciertos y, por ello, requiere el diseño cuidadoso de una estrategia orientada a disminuir o, en lo posible, prevenir los daños.

Entre las recomendaciones, los técnicos del INTA puntualizan que “lo ideal sería que no se pierdan granos durante el proceso de cosecha de girasol porque -junto a los rastrojos- servirán de alimento, permitiéndoles mantenerse, crecer y reproducirse”.

Además, “es crucial -según la investigadora de Paraná- incorporar el manejo del daño por aves dentro del esquema general de manejo del cultivo, incluso antes que el cultivo esté implantado, y no esperar a tener las aves en el lote para analizar qué medidas tomar.  Finalmente, es fundamental monitorear frecuentemente los lotes, para aplicar las estrategias y tácticas necesarias en el momento adecuado”.

Biorrepelente

Los biorrepelentes son compuestos en base a productos naturales que se aplican al cultivo para disuadir a las aves.  En este sentido, María Elena Zaccagnini –coordinadora del área estratégica de Gestión Ambiental- explicó que “en la Argentina no hay productos registrados para el control de aves, por lo cual el uso de cebos tóxicos está prohibido. Estos métodos generan fuertes impactos ambientales, no sólo para las aves sino para toda la red alimentaria, con lo cual los impactos de toxicidad pueden llegar a afectar la salud humana”.

Sugerencias

Para disminuir los daños en lo cultivos maduros, como girasol o sorgo, además de algunas de las medidas anteriores -como sembrar grandes extensiones y evitar la siembra en sitios atractivos-, sería importante: 

– Usar variedades o cultivares menos susceptibles o más resistentes -sorgo antipájaro, variedades de girasol con mayor inclinación de los capítulos-.

– Controlar eficientemente las malezas e insectos, los cuales pueden atraer a las aves a los lotes antes que el cultivo esté maduro.

– Cosechar anticipadamente, para disminuir el período de susceptibilidad del cultivo.

– Reducir al máximo las pérdidas por cosechadora.

– Disminuir los granos disponibles en rastrojos.

– Disminuir las pérdidas de granos durante el transporte.

Estas sugerencias permitirían reducir factores de pérdida adicionales a las aves y, además, disminuir los granos disponibles para las mismas, especialmente en momentos en que, naturalmente, serían escasos.