Cuyo: cómo podar la vid para obtener uva de mesa
Para conseguir frutos de calidad, desde el INTA sugieren mantener el equilibrio entre crecimiento y fructificación. Recomendaciones para lograrlo en INTA Expone, del 4 al 6 de septiembre en Pocito, San Juan.
El éxito de una buena poda consiste en mantener el equilibrio entre crecimiento vegetativo y reproductivo. Así, lo entienden los especialistas del INTA San Juan quienes explican que a fin de obtener frutos de calidad se deben tener en cuenta ciertos aspectos fisiológicos básicos de la vid orientada hacia la producción de uva de mesa. Los especialistas brindarán las recomendaciones técnicas para obtener uva de mesa en INTA Expone Cuyo, del 4 al 6 de septiembre, en Pocito, San Juan.
Para Rodrigo Espindola, técnico del INTA Caucete –San Juan–, una poda adecuada “evita el envejecimiento de las plantas, facilita la distribución de los elementos de carga y permite un equilibrio entre la producción de madera y fruta”. Y destacó la importancia de “lograr el equilibrio vegetativo productivo en el cultivo para maximizar la calidad y producción”.
En este sentido, advirtió que la poda es “una práctica que produce debilitamiento y una consecuente reducción de la vida útil de la planta”, por lo que destacó la necesidad de ser “razonables” al producir cortes, modificar el desarrollo natural de la cepa (liana) y eliminar reservas acumuladas en braceros y sarmientos.
Para esto, la poda debe adecuarse al hábito de fructificación de la variedad y a la capacidad de la planta. Una poda normal es aquella que logra la mayor cantidad de frutos sin producir envejecimiento. “Hay variedades vigorosas que necesitan una carga de 120 mil a 140 mil yemas por hectárea, mientras que otras, de vigor medio a moderado, pueden estar entre 60 mil y 80 mil yemas por hectárea”, detalló.
Así, para vigorizar una planta, el especialista recomendó “disminuir el número de yemas por planta y, a su vez, sólo en casos extremos, eliminar los racimos”. De esta forma se evita una excesiva producción y las reservas y/o fotoasimilados (azúcares elaborados por fotosíntesis) se utilizarían para la reposición de estructura vegetativa.
Para el caso de las uvas de mesa, detalló que “si se aumenta el número de yemas sin regular todos los factores que definen la calidad final –uso de fertilizantes, hormonas y número de racimos– se producirá mayor rinde pero con problemas de coloración, menor precocidad, uniformidad, calibre y, por ende, menor calidad”.
Y aseguró: “El equilibrio entre la producción y el vigor se estima por el peso de la uva en relación al peso de la poda”. Esto se puede estimar mediante la medición de los pesos de poda y el cálculo de porcentaje de brotación, prácticas comunes en la Región Cuyo.
Asimismo, reconoció que las vides destinadas a uva de mesa requieren de una poda más compleja que las de pasa, mosto o vino, dado que los parámetros de calidad son diferentes, en cada caso.
En este sentido, explicó que para las uvas para vinificar se mide el contenido de azúcar, polifenoles, acidez y madurez de los taninos de las semillas, mientras que en el caso de las uvas de mesa se calcula la relación azúcar/acidez (sabor), textura (crocantez), tamaño, color, uniformidad, calibre y precocidad.
Una muestra, todo el saber
La técnica de poda de vid será uno de los atractivos del ambiente Valles Andinos en INTA Expone Cuyo. La muestra libre y gratuita se realizará del 4 al 6 de septiembre, en Pocito, San Juan.
Así, bajo el lema de “Territorio, trabajo y valor agregado en origen”, la nueva edición de muestra no comercial más grande de Latinoamérica estará organizada en tres ambientes: Valles Andinos, Llanuras Áridas, Oasis y dos áreas: las Alianzas Estratégicas y el Salón de la Innovación.
Con el eje central en el agua, los visitantes podrán apreciar las diversas actividades que desarrolla el INTA mediante sus dos Centros Regionales Mendoza – San Juan y La Pampa-San Luis y el potencial de la región, como así también las tecnologías y procesos adecuados a cada territorio, complementadas con atractivos de la cultura local.