24 de abril de 2012

Papas andinas: saneadas rinden 13 veces más

Técnicos del INTA Abra Pampa, Jujuy, mejoraron la rentabilidad y producción de cinco variedades de este tubérculo mediante la desinfección de sus semillas.

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“Papa, te llamas papa y no patata, no naciste castellana: eres oscura como nuestra piel, somos americanos, papa, somos indios”, enuncia el primer párrafo de la Oda a la Papa de Pablo Neruda. Pero además de sus manifestaciones artísticas, el interés por este cultivo tradicional alcanza a su desarrollo tecnológico. De hecho, en el INTA Abra Pampa, Jujuy, sanearon cinco variedades de este cultivo tradicional y aumentaron, así, su rendimiento.

Alberto Andrade, técnico del INTA Abra Pampa, aseguró que “las papas andinas libres de virus restituidas en la región, bajo condiciones óptimas, permitieron pasar de una producción de 3 a 40 toneladas por hectárea, es decir se aumentó su rendimiento 13 veces, alcanzando a aquellas con fines comerciales como la spunta o la kenebec”.

“El proceso de saneamiento –detalló Andrade– consistió en un procedimiento que incluyó el cultivo de las plantas bajo una temperatura alta y constante durante 30 días, lo que técnicamente se conoce como termoterapia, posteriormente se realizó el cultivo de meristemas –tejido que se encuentra en las axilas de las hojas apicales y laterales de las plantas–. Como consecuencia, se obtuvo el material madre que, más tarde, se multiplicó por micropropagación. Luego, el material limpio se sembró en invernaderos y se obtuvieron semillas pre básicas que fueron restituidas a los productores de la zona”.

Se trata de la collareja larga, la moradita, la collareja redonda, la tuni morada y la chacarera. Son cinco variedades andinas cuya principal característica es la diversidad  de formas, colores y calidad nutricional y, a partir de esta innovación, también el alto rendimiento.

Mediante este minucioso trabajo de biotecnología, el organismo restableció el potencial de producción de estos tubérculos a más de 100 familias de la Puna y Quebrada de Jujuy. Un logro que se realizó con la colaboración del Instituto de Biología de la Altura y Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy y el INTA Balcarce.

Del 20 al 22 de abril en Cerrillos, Salta, quienes visiten INTA Expone Región NOA podrán conocer, de la mano de los especialistas, sobre las propiedades nutricionales y características de las diversas variedades de papas andinas, los métodos de conservación y evaluación implementados por la Red de Recursos Genéticos del INTA, como así también técnicas de manejo, charlas y degustaciones.

La moradita es una de las cinco variedades de papas andinas recuperadas por los técnicos del INTA Abra Pampa.

El sabor de lo nuestro

Con pieles rojas y moradas, pulpas coloreadas y un sabor de neutro a dulce, las papas andinas son un recurso genético destacado debido a la selección realizada por los agricultores de la zona generación tras generación.

Estas variedades, además de estar adaptadas a las condiciones ambientales locales, poseen excelentes características nutricionales para su consumo ya que presentan altos porcentajes de materia seca, almidón, proteínas y minerales, como así también un alto contenido de pigmentos antioxidantes.

Desde la FAO aseguran que las ventajas para promover el desarrollo de los cultivos andinos subexplotados son numerosas: mejoran el estado nutricional, fortalecen la seguridad alimentaria de los hogares, aumentan la productividad de otros cultivos, conservan el suelo y elevan su fertilidad. Además, incrementan los ingresos familiares, aumentan la disponibilidad de alimentos y contribuyen a reducir las importaciones de los mismos y estimulan a las pequeñas y grandes agroindustrias.

Para conservarte mejor

El Banco de Germoplasma de Papa del INTA Balcarce inició desde hace varias décadas el rescate y colecta de materiales tanto silvestres como cultivados de papas andinas. “Nuestro objetivo es evitar pérdidas de materiales valiosos para la agricultura y la alimentación, al tiempo de disponer de información para el mejoramiento genético de este tubérculo”, afirmó Andrea Clausen, técnica del Banco.

Los materiales se conservan en forma de semilla sexual y de manera vegetativa, tanto in vitro o como de tubérculos. Las variedades andinas son evaluadas y analizadas según sus cualidades nutritivas y nutracéuticas, comportamiento ante diversos patógenos y demás estudios moleculares, bioquímicos y sensoriales.

“Toda la información generada en el Banco es de público acceso y está disponible en DBGermoweb, una base de datos creada por el INTA”, indicó Clausen.