La importancia del agua frente al cambio climático
Expertos del INTA y de la Universidad Nacional de Cuyo coincidieron en el valor de este recurso a la hora de producir. La solución: investigación y nuevas tecnologías.
El uso racional del agua ante un posible escenario de cambio climático en la región de Cuyo será un aspecto a tener en cuenta en la producción agropecuaria de los próximos años. Así lo aseguraron los investigadores que participaron de la jornada sobre cambio climático que organizó el INTA junto con la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) en Mendoza.
Durante el encuentro, que fue auspiciado por la Revista de Investigaciones Agropecuarias (RIA) del INTA, el especialista en fisiología vegetal de la universidad, Bruno Cavagnaro, explicó que el cambio climático “trae aparejado cambios en las precipitaciones que son las que dan origen al agua de riego”.
Si bien aún no se conoce con exactitud si esos “cambios” generarían abundancia o escasez de agua, sí se sabe que el cambio climático afectará a los cultivos de manera diferencial.
“En vid, el estrés hídrico severo podría disminuir los rendimientos pero, moderado, podría mejorar la calidad de los vinos tintos”, destacó Cavagnaro, quien agregó que “el aumento de las lluvias estivales podría incrementar la producción de forrajeras, lo que repercutiría en una mayor presencia de ganado de cría en la región”.
Asimismo, debido a la presencia de los gases de efecto invernadero (GEI), el planeta tiende a calentarse cada vez más. En este escenario, la ubicación geográfica será esencial para considerar y evaluar los cambios.
En este sentido, Ricardo Villalba, director del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) del Conicet, señaló que el manejo de la producción agropecuaria dependerá de la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías que faciliten un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos. “Existe una tendencia a que el caudal de los ríos disminuya, por lo que “en la parte alta de las montañas las reservas estratégicas de agua se verán afectadas”.
Utilizar eficientemente este recurso no sólo es indispensable para la producción de alimentos, sino para su futuro comercio si se consideran eventuales restricciones basadas en el cálculo de GEI a la hora de elaborar y transportar productos.
Durante su exposición sobre huella de carbono, la experta en Calidad Agroalimentaria del INTA, Analía Díaz Bruno, explicó que “ser sostenibles significa cuidar los recursos y certificar la seguridad alimentaria para todos”.
Por ello, hablar sobre huella de carbono –que mide sólo las emisiones de dióxido de carbono– es insuficiente para conocer el verdadero impacto que tienen las actividades productivas, por lo cual la especialista del INTA recomendó considerar también la huella hídrica, es decir, el volumen de agua utilizada para generar un producto o servicio.
Díaz Bruno destacó que “no se puede considerar una sola huella, es importante tener una mirada más abarcadora y contemplar los factores políticos, sociales y económicos”.
Más de 100 estudiantes y profesionales participaron del encuentro sobre cambio climático en las actividades agropecuarias de la región de Cuyo. Fue el primero de una serie de actividades que serán auspiciadas por la revista RIA para democratizar el conocimiento científico en materia agropecuaria y reforzar los lazos entre investigadores e instituciones que forman parte del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.
“Tan importante como hacer es dar a conocer los resultados de los trabajos científicos”, sostuvo el director de RIA, Máximo Bontempo –gerente de Comunicación e Imagen Institucional del INTA–, durante la apertura, acompañado por el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, José Rodríguez y el presidente del Comité Editorial de la revista, Carlos Di Bella.