25 de octubre de 2010

El valor de una semilla

El potencial de germinación y porcentaje de emergencia son puntos clave para aumentar la productividad y determinarían el éxito del cultivo.

“Conocer que va a suceder con la germinación y emergencia de las simientes que vamos a sembrar en el campo nos ayudará a explicar algunas fallas en la implantación inicial del cultivo”, indicó Roque Craviotto, especialista en tecnología de semillas del INTA Oliveros –Santa Fe–.

La semilla es el material de partida para la producción y es condición indispensable que tenga una buena respuesta bajo las condiciones de siembra y que produzca una plántula vigorosa a los fines de alcanzar el máximo rendimiento. “Aunque lo que acontece en el campo no puede ser predicho con exactitud por ningún análisis”, advirtió el especialista.

Y agregó: “Desde un punto de vista sustentable, es imposible obtener una buena cosecha si no se parte de una semilla de calidad. Un cultivo puede resultar de una calidad inferior a la semilla sembrada, pero nunca mejor que ella”.

A través de prácticas post cosecha, como el secado, acondicionamiento y limpieza de semillas, es posible mejorar la calidad de la semilla cosechada, aunque siempre es necesario evaluar la relación costo beneficio.

“La salud –física y fisiológica– de las semillas, debe lograrse para cumplir con la finalidad de lograr una correcta implantación en el campo. De esta manera, se inicia un nuevo ciclo agrícola de la especie, con los componentes seminales esenciales  –el embrión y las sustancias de reserva– en óptimas condiciones”, explicó Craviotto.

El vigor es una de las propiedades que determina el nivel de actividad de la semilla, lo que ayuda a predecir la germinación y emergencia de las plántulas en un rango amplio de condiciones ambientales.

Especialistas en tecnología de semillas del INTA Oliveros, mediante análisis particulares en laboratorio, determinaron –en el caso de la semilla de soja– que “las temperaturas elevadas (41º C) y bajas (8º C) ejercen un efecto negativo sobre la fisiología de la germinación y el crecimiento de las plántulas de la especie”.

La prueba de envejecimiento acelerado permite analizar el comportamiento de las semillas luego de haber sido expuestas a condiciones adversas de temperatura y humedad relativa. “Esto es de gran utilidad a la hora de tomar decisiones porque puede determinar el potencial de almacenabilidad  –según el tipo: silo, bolsas, bags–, lo que nos ayudaría a determinar prioridades y el tipo de maquinarias más adecuadas para el beneficio de los lotes”, expresó Craviotto.

Asimismo, el técnico consideró importante “seleccionar los procesos y equipamientos más convenientes al momento de almacenar,  clasificar, curar e inocular la futura simiente. Incluso, anticipar las mismas condiciones de siembra –humedad de suelo, profundidad, temperatura–  para evitar los enormes costos que la resiembra implica para la producción agropecuaria nacional”.

La rapidez en la obtención de los resultados convierte a esta tecnología en una herramienta útil para determinar la calidad de simientes y, por lo tanto, la oportunidad del lote de expresarse con una germinación y emergencia rápida y uniforme.

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