En auge | 05 de septiembre de 2022

Con conocimiento y tecnología, el INTA potencia la actividad acuícola

Ante un fuerte crecimiento en el sector a escala global y nacional, sumado a destacadas inversiones en el cultivo de trucha y mejillón en el sur de la Argentina, especialistas del INTA acompañan al sector. Cultivo, alimentación y reproducción de especies nativas, así como una plataforma de nanovacunas para desarrollar vacunas eficientes y económicas para acuicultura, entre los aportes destacados.

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En 2020, la producción pesquera y acuícola mundial alcanzó un récord de 214 millones de toneladas y, en la misma línea, el comercio internacional de estos productos ascendió a los USD 151.000 millones, según el informe SOFIA de la FAO.

Por su parte, la Argentina acompañó esta tendencia global con un crecimiento en las exportaciones por casi 500 mil toneladas de productos de la pesca, un 3,9 % más que en 2019. Esto representó ingresos por USD 1.729 millones. Frente a este contexto, el INTA fortaleció su tarea de acompañamiento al sector en materia de conocimiento y tecnología.

Ariel Belavi –coordinador del proyecto de acuicultura del INTA– destacó el trabajo y la trayectoria del organismo en el sector y se refirió al equipo de especialistas en diversas materias y distribuidos en las principales zonas productivas. “El aporte del instituto es muy amplio y diverso, con fuerte presencia en el acompañamiento para el desarrollo de la actividad acuícola nacional”, reconoció, al tiempo que no dudó en asegurar que “la Argentina es un exportador neto de productos pesqueros”.

En esta línea, detalló: “El INTA cuenta con tres unidades de infraestructura de referencia para la investigación en acuicultura: el área IPAF NEA en Formosa, el Centro Operativo Experimental Ángel Gallardo en Santa Fe, la Estación Acuícola Salto Grande en Entre Ríos, en los cuales se trabaja sobre el cultivo, la alimentación y la reproducción de especies nativas”.

Además, existe un equipo de profesionales en el Instituto de Alimentos del INTA Castelar que trabaja en calidad de carnes y en la evaluación de dietas para piscicultura. A esto se suma un equipo de trabajo con sede en Bariloche, desde donde se llevan adelante líneas de trabajo en los temas de sanidad acuícola, como la elaboración de kits de prevención de enfermedades y vacunas.

En este último, coordinado por el especialista Juan Sebastián Pappalardo, se desarrolló una Plataforma de Nanovacunas, en articulación con Northeastern University y la Università di Padova, patentada por el INTA, para desarrollar vacunas eficientes y económicas para acuicultura.

A su vez, cuentan con un proyecto vinculado con el desarrollo de dispositivos diagnósticos descartables mediante nanopartículas fluorescentes, para el diagnóstico rápido de enfermedades de los peces. Además, hay otro proyecto que trabaja en la puesta a punto de PCRs diagnósticas para enfermedades de los peces, con el fin de que sean transferidas a distintas unidades de INTA o a quien lo requiera.

Con respecto a la articulación con pares, Belavi se refirió a la creación de la Red de Fomento de la Acuicultura (REFACUA) del Conicet y la Comisión Nacional de Sanidad y Bienestar de los Animales Acuáticos del Senasa, donde el INTA participa. “También, desde lo académico, el INTA es parte de las tecnicaturas y cátedras y demás estructuras académicas en las Universidades Nacionales de Entre Ríos, de Rosario, del Litoral, de Tucumán y de Misiones”.

“En todos los casos, promovemos una fuerte articulación institucional con otras organizaciones relacionadas a la actividad, desde numerosas actividades y convenios con el Inidep, Inali, Conicet, y con múltiples empresas del sector privado”, especificó.

Y agregó: “Nos encontramos en una estrategia de fortalecimiento de las capacidades en recursos humanos e infraestructura a mediano plazo, de forma interinstitucional y con prospectiva de crecimiento en las unidades estratégicas de generación de conocimiento, para afrontar el desarrollo prospectivo actual de la cadena Acuícola Nacional”.

En ese marco, Belavi destacó que “existen hoy políticas públicas nacionales que promueven la actividad, particularmente desde la sanción de la Ley Nº 27.231, el financiamiento que provee el Fondo Nacional Acuícola (FONAC) y la existencia de CATA”. Se trata de una comisión técnica nacional que actúa como órgano consultivo nacional y de evaluación para la asignación de fondos a proyectos, de la cual el INTA forma parte por resolución.

De exportación

Entre las especies piscícolas que más se producen en Argentina, se encuentran la trucha el pacú y las carpas. Según un informe del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la actividad exportadora de la acuicultura argentina consiste en envíos regulares de trucha arcoíris a Estados Unidos, con una primera exportación en junio de este año a Japón, aunque la mayor parte de la producción está orientada al mercado interno.

Los principales productos que se exportan provienen de la industria pesquera y se elaboran a partir de las especies de Langostino, Calamar Illex, Merluzas y Polaca, que representan cerca del 75% del valor total de las exportaciones pesqueras.

Es así que, el principal destino de las exportaciones de pesca argentina en 2020, en volumen, fue China, con el 21%, seguido de España con el 14,1%, Brasil con el 6,3%, Rusia con el 5,7%, Corea del Sur con el 5,3%, Estados Unidos con el 5% e Italia y Japón con el 4,5% y el 4,4% respectivamente, según el último informe de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura.

 

 

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