01 de noviembre de 2012

Cerró la 5° edición de un programa para aprender al ritmo de la ciencia

El INTA promueve el Procagra, un plan de formación para la inclusión social inteligente, que facilita el acceso a estudiantes universitarios a su primer trabajo. Una iniciativa del INTA y Fundación ArgenINTA que ya cumple cinco años.

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“Estuve en el programa en el 2008 y fue una experiencia única”, dijo Leandro Redondo –de la Universidad de Río Cuarto, Córdoba–, quien fue uno de los 44 estudiantes universitarios que fueron seleccionados de 13 provincias argentinas, como becarios para participar en el Programa de Capacitación Anual Gratuita (Procagra). Una iniciativa del INTA y Fundación ArgenINTA que ya cumple cinco años.

Redondo se incorporó al Instituto de Patobiología del INTA Castelar, en los laboratorios de brucelosis y micobacterias. Allí, y con el apoyo de sus tutores, Leandro se recibió de médico veterinario. Después de esa experiencia, y en la actualidad, posee una beca otorgada por el Conicet para investigar enfermedades intestinales en animales.

Para Francisco Anglesio, vicepresidente del INTA, “es muy importante este programa que está llevando a cabo la institución y es parte de la responsabilidad social como herramienta fundamental en todas las instituciones”. De acuerdo con el funcionario, el ProCaGra “permite que mucha gente que no conoce el organismo pueda potenciar su desarrollo profesional, pero también las propias capacidades de la institución. Eso hace una conjunción favorable para el INTA y para los profesionales, que cuando van a trabajar a su lugar, ya tienen una formación previa, saben en qué se pueden respaldar e incluso tienen una experiencia que no puede obtenerse en las universidades”.

De acuerdo con Jorge Pereira, delegado de la Fundación ArgenINTA e impulsor de este proyecto, se trata de “un programa de inclusión social inteligente, que contribuye a la formación y preparación de estudiantes universitarios para la obtención de su primera fuente laboral, mediante la inserción participativa en el tejido estructural del sector privado, social y estatal”.

Anglesio: El ProCaGra “permite que mucha gente que no conoce el organismo pueda potenciar su desarrollo profesional, pero también las propias capacidades de la institución".

Las experiencias se multiplican

Sergio Rizzo, de la Universidad Nacional de Morón –Buenos Aires–, formó parte de la primera promoción. Su beca fue en el Instituto de Tecnología de Alimentos (ITA) del INTA Castelar sobre Vitaminas antioxidantes presentes en la leche bovina y su variabilidad estacional, con el resultado de este trabajo más otra investigación “realicé mi tesina de grado y me obtuve el título de ingeniero en alimentos”, expresó. Además, obtuvo un proyecto Fonarsec (Fondo Argentino Sectorial de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica) para desarrollar un producto lácteo funcional.

Patrocinado por primera vez por el INTA, la Fundación ArgenINTA junto con el aporte de las empresas Biotay, Biogénesis-Bagó, Biagro, CKC, Rosenbusch y Xenobióticos, capacitó a 44 profesionales del agro (cinco estudiantes en 2008, ocho en 2009, once en 2010, nueve en 2011 y once en 2012) de 13 provincias para facilitarles el acceso a su primer trabajo.

Mientras en 2011 se postularon 31 universitarios, para esta edición lo hicieron 69, para 55 temas propuestos por investigadores de los institutos del INTA Castelar. Del total de candidatos, en esta oportunidad fueron  seleccionados once, nueve de los cuales provienen de universidades de Tucumán, Salta, La Pampa, San Luis, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

“La interacción entre los sectores público y privado con la articulación de organizaciones privadas, organizaciones no gubernamentales de carácter social y estatales como el INTA, es lo que persigue el Procagra”, afirmó Pereira.

El programa tiene el objetivo de estimular y promover el intercambio científico-tecnológico que generan y ofrecen los once institutos del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA) y el aprendizaje y la participación de los estudiantes en trabajos de investigación.

Al mismo tiempo, Anglesio expresó que buscan difundir el programa en todo el país, subrayando que “muchísimas veces los profesionales que pasan por este tipo de acciones terminan trabajando en la institución, porque ven en ella el potencial para su desarrollo profesional”.

Por su parte, José Antonio Díaz Zirpolo, de Santiago del Estero, participó en el 2009 en el Instituto de Biotecnología. En el 2010 obtuvo el título de ingeniero forestal y, con el Procagra como antecedente, fue seleccionado para realizar el doctorado en Ciencias Forestales por un beca del Conicet.

En la actualidad, Díaz Zirpolo trabaja en Santiago del Estero en Cuantificación y calificación de la madera muerta de los bosques del Chaco semiárido y como consultor técnico de los proyectos de manejo y conservación de los bosques nativos de Santiago del Estero. “Fui afortunado al poder vivir esta experiencia única y enriquecedora”, aseguró Díaz Zirpolo y recordó: “En el INTA adquirí conocimientos, contactos y sobre todo amigos que recuerdo con gran cariño”.

El programa tiene el objetivo de estimular y promover el intercambio científico-tecnológico que generan y ofrecen los once institutos del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA).

Durante el acto de cierre del programa de capacitación, estuvieron Jorge Carrillo –director reemplazante del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (Cicvya), Roberto Casas –Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN)– y Enrique Bedascarrasbure –director del Centro de Investigaciones Agroindustrias (CIA)–, del INTA en Castelar –Buenos Aires–.