Tres décadas de cooperación internacional
Carlos Casamiquela, presidente del INTA, recibió a los representantes del Procisur para conmemorar el 30° aniversario del programa y planear el ciclo 2011/14.
El INTA fue el anfitrión de las dos jornadas de trabajo intenso que reunieron a los organismos latinoamericanos integrantes del Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur (Procisur). Creado en 1980 e integrado por los institutos nacionales de investigación agropecuaria de la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, junto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), ese organismo representa un exitoso esfuerzo conjunto de cooperación internacional.
En ese marco, que constituyó la XLIII reunión de Comisión Directiva, se presentó el Plan de Mediano Plazo y Convenio 2011-2014, revisado para su ajuste y aprobación, en el que se proponen las acciones compartidas que se llevarán a cabo y se priorizan la articulación y el trabajo en red.
La comitiva contó con la participación de las autoridades institucionales Carlos Casamiquela y Néstor Oliveri –presidente y director nacional del INTA, respectivamente–, el presidente de la comisión directiva del Procisur –Guillermo Donoso Harris, también presidente del INIA Chile– y su secretario ejecutivo –Emilio Ruz Jerez–, el presidente del INIA Uruguay –Enzo Benech– y quien presidió el organismo precursor al Procisur, don Ángel Marzocca, entre otros participantes.
“Quiero reafirmar la política de continuar apoyando esta política de cooperación como uno de los programas que el INTA tiene altamente valorados”, expresó Casamiquela, quien se refirió también a la aprobación del plan de mediano plazo para los próximos tres años y a la renovación de los aportes económicos de cada uno de los socios del programa, que además consistió en aumento del alrededor del 30% con respecto a la cuota anterior. “Es una manera de apostar por este programa de cooperación internacional que trasciende la bilateralidad para efectuar proyectos multilaterales con la participación de científicos de todos los países del Mercosur más Chile y Bolivia”, dijo el presidente del INTA.
“La visión retrospectiva de los últimos 30 años nos dan una visión que alegra, porque las metas y objetivos que se habían fijado originalmente se cumplieron con creces”, expresó Donoso Harris, para quien el Procisur “ha logrado ser un articulador de las capacidades de la región para poder resolver problemas y generar innovaciones. Una de las herramientas esenciales para fortalecer la innovación, hoy en día, es el Procisur. Hemos aprendido a trabajar en redes, colaborativamente, logrando mucho más de lo que se lograría en forma individual”.
Las líneas generales se establecieron en seis ejes, entre los que se destacan la problemática frente al cambio climático y el incentivo y motivación del trabajo vinculado con la agricultura familiar. Para Casamiquela, “sin duda todos los temas van a ser de preocupación para toda América Latina en los próximos años y han sido priorizados por todos los organismos, coincidiendo en que si bien no son los únicos, son aquellos que se destacan y en los que habrá que poner mayores esfuerzos para trabajar de aquí en adelante”.
“Mirando hacia el futuro, nuestro plan de acción nos permite cuestionarnos si seguimos o no con las mismas áreas, dejamos algunas de lado que ya cumplieron su ciclo y generamos algunas nuevas, de acuerdo con las nuevas demandas. Por lo tanto tenemos planteados nuevos desafíos, que asumimos con mucho esfuerzo y motivación”, dijo Donoso Harris.
Por otra parte, el potencial regional como productor de agroalimentos también representa un desafío: “Todo el mundo coincide, en una evaluación diagnóstica global y por analistas de las propias instituciones así como externos, en que el ciclo económico que se avecina en los próximos veinte años para el sector agropecuario específicamente del cono Sur, es un pronóstico favorable para la producción de alimentos y el aumento en rendimiento y calidad”, apuntó Casamiquela.
La primera jornada del encuentro se llevó a cabo en las instalaciones del INTA Castelar –Buenos Aires–, donde además visitaron el Instituto de Biotecnología, a pedido especial de la comitiva, para conocer laboratorios y modernas instalaciones. “Es importante impulsar acciones de cooperación que potencien capacidades y compartan infraestructuras que propicien la investigación y la innovación tecnológica”, expresó Juan Carlos Salerno, director interino CICVyA del INTA.
Luego se realizó una cena en la que, además de compartir experiencias diversas y un video con imágenes ilustrativas de las tres décadas de trabajo, se entregaron diversos reconocimientos y placas conmemoratorias entre las autoridades locales y los máximos representantes de las demás instituciones. “Hemos hecho un pequeño homenaje a todo el Procisur con la entrega de una placa por reconocimiento a la actuado, pero fundamentalmente con un mensaje de seguir apoyando este tipo de programas, porque los ámbitos de cooperación internacional hacen al crecimiento de las instituciones y los países”, dijo Casamiquela, para finalizar: “Debemos empezar a mirarnos más como socios cooperantes que como adversarios comerciales”.
Más socios
Además de la región del cono Sur, el INTA ha realizado diversas misiones internacionales en la búsqueda de nuevos socios estratégicos para la construcción de políticas de cooperación multilateral; de hecho, en los últimos meses, Carlos Casamiquela y el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, visitaron naciones asiáticas y africanas con esta finalidad. “Estuvimos en los últimos tramos en Arabia Saudita y China. En ambos casos mantuvimos reuniones con los organismos de ciencia y técnica de cada país, renovando algunas acciones ya comprometidas para trabajar conjuntamente, en el caso de China, así como poniendo en marcha mecanismos de cooperación con Arabia Saudita”, explicó el presidente del INTA. El caso de Arabia Saudita en particular, que importa prácticamente el 95% de sus alimentos, resulta muy atrayente para que la Argentina puede atender sus necesidades específicas.