Prueba piloto para evaluar el crecimiento del salmón siberiano
En el valle bonaerense del río Colorado, un equipo de especialistas del INTA estudia la adaptabilidad de esa especie de pez a las condiciones agroecológicas locales. Con porcentajes de supervivencia del 90 %, determinaron que el crecimiento de los salmones fue progresivo y óptimo. Se trata de una actividad productiva que permitirá dar otro uso a los reservorios de agua.
Los reservorios para almacenar el agua que reciben los productores durante el turno de riego en los partidos de Villarino y Patagones –Buenos Aires– pueden ser una oportunidad para sumar una nueva actividad productiva en la región. Para eso, un equipo de especialistas del INTA Hilario Ascasubi avanza con el estudio de adaptabilidad del salmón siberiano a las condiciones agroecológicas locales. Resultados preliminares confirmaron que el porcentaje de supervivencia fue del 90 %, con muy buenas ganancias de peso lo que demuestra el crecimiento progresivo y óptimo de esta especie en condiciones locales y a base de forrajes locales.
Durante la experiencia se llevó un registro periódico de temperatura, salinidad del agua y oxígeno disuelto. “El salmón siberiano mostró gran adaptación a temperaturas extremas en el verano y en el inverno, en ambos casos sin inconvenientes”, señaló Marcos Bongiovanni –investigador del INTA Hilario Ascasubi– y agregó: “El consumo de alfalfa fue muy bueno, con raciones diarias de 5 kilogramos de alfalfa verde durante febrero de 2023”.
El salmón siberiano o amur –Ctenopharyngodon idella– es una especie herbívora que se adecua a raciones de bajo costo, como alfalfa, y tiene la capacidad de hacer un control eficiente de las malezas acuáticas, debido a su habilidad para consumir alimentos fibrosos.
“Para la región central del país es una de las especies más aptas ya que posee gran adaptación a un amplio rango de temperaturas y salinidad del agua. Es rústico, de rápido crecimiento y excelente calidad de carne, es la especie más cultivada a nivel mundial”, señaló Alejandro Curto –referente del INTA en acuicultura del Centro Regional Entre Ríos– quien subrayó que “las estructuras para el almacenamiento del agua son similares a los estanques o piletas que se utilizan para la actividad piscícola, lo que representa una gran oportunidad para pensar en una nueva actividad productiva”.
La prueba piloto se inició en noviembre de 2021 con 750 alevines del criadero Pez Campero –Concordia, Entre Ríos–. “Los alevines tenían apenas 1 centímetro de longitud y 2 gramos de peso, los colocamos en jaulas flotantes dentro de un tanque de aproximadamente 80 metros cúbicos”, explicó Bongiovanni quien agregó que “en marzo de 2022 se realizaron controles biométricos sobre un 15 % de la población y luego se liberaron por completo al tanque. El peso promedio de los alevines fue de 5 gramos, la longitud de 5 centímetros y el porcentaje de supervivencia fue del 90 %”.
El control biométrico en enero de este año arrojó ejemplares de más de 300 gramos, esperando cerrar la campaña de preengorde –a finales de abril– con pesos cercanos a los 500 gramos. “Iniciando el engorde en la primavera venidera en el reservorio de agua recientemente hecho en el campo del INTA apostamos a llegar con ejemplares de amur de 1 a 1,2 kilogramos”, aseguró el especialista del INTA quien señaló que “luego de la capacitación realizada en el INTA Hilario Ascasubi, varios productores de la zona se mostraron entusiasmados en iniciar una experiencia con esta especie, incluso algunos ya compraron alevines que acaban de llegar del norte para iniciar la experiencia, tanto en tanques australianos como en reservorios de riego, para el control de malezas acuáticas o engorde para consumo”.
Esta prueba de desarrollo local fue posible gracias al apoyo de la Asociación Cooperadora de la Estación Experimental Agropecuaria Hilario Ascasubi (ACOOPA).