Pautas para potenciar el manejo del rodeo en condiciones extremas
En Santiago del Estero y Tucumán se registran precipitaciones por debajo de lo normal y elevadas temperaturas que impactan en la oferta forrajera, en la distribución de la preñez y en los índices productivos del rodeo. Recomendaciones de los especialistas del INTA para evitar pérdidas.
Durante los meses de agosto, septiembre y octubre se registraron sólo entre un 10 y un 20 % de las precipitaciones estimadas para las provincias de Santiago del Estero y Tucumán. A su vez, las temperaturas medias máximas y medias mínimas se ubicaron entre las más altas para este periodo.
De acuerdo con Pablo Reineri –investigador del INTA Santiago del Estero– “las condiciones climáticas adversas tales como el déficit hídrico y las elevadas temperaturas podrían impactar negativamente sobre la oferta forrajera y, por lo tanto, sobre los índices reproductivos de los rodeos de cría bovina”.
Es que, para el especialista, “la baja disponibilidad de forraje hacia fines de invierno y mediados de la primavera, el estado corporal al parto y el incremento de los requerimientos por lactancia son las principales causas nutricionales que influyen directamente sobre la productividad del rodeo”.
En consecuencia, se registra un balance energético negativo, principal causa de baja ciclicidad o anestro, es decir, falta de celo y/o ovulación. Para Reineri, “esta demora en el comienzo de la actividad reproductiva posparto impacta negativamente sobre la distribución de la preñez y los índices productivos del rodeo”.
Es que, según detalló el investigador, la grasa corporal acumulada regula la secreción de hormonas hipotalámicas e hipofisarias que controlan las funciones del ovario y, al afectarse las reservas corporales considerablemente, la ciclicidad se verá alterada por inhibición del eje hipotalámico-hipofisario-gonadal.
A pesar de la complejidad del contexto, Reineri se mostró optimista y aseguró que estas situaciones pueden ser mejoradas, al menos en un 20 o 30 %, mediante estrategias de manejo como el diagnóstico de ciclicidad. Para esto, recomendó determinar el porcentaje de hembras cíclicas y no cíclicas, mediante ultrasonografía, antes de iniciar el servicio.
Asimismo, aconsejó aplicar tratamientos hormonales a las hembras en anestro, previo al servicio natural. “Consiste en la inserción de un dispositivo de liberación de progesterona intravaginal durante 8 días, sumado a una aplicación de benzoato de estradiol administrados por vía intramuscular”, indicó el técnico del INTA quien, a su vez, recomendó consultar siempre con el veterinario.
Cuando inicia el servicio, es necesario retirar los dispositivos intravaginales insertos y administrar por vía intramuscular cloprostenol y gonadotropina coriónica equina en vacas y vaquillonas. Esta descripto que este tratamiento en vacas con baja condición corporal, con cría al pie, sometidas a servicio natural con 5 % de toros, evaluados de manera sanitaria, morfológica y reproductiva, mejoró significativamente la tasa de preñez en un 23 % respeto al control. Para el caso de las hembras cíclicas, el especialista aconsejó dar servicio natural con toros, sin aplicar tratamiento hormonal.
En cuanto al servicio mediante inseminación artificial a tiempo fijo (IATF), en vacas en anestro, aconsejó colocar un dispositivo de liberación de progesterona intravaginal durante 8 días, más benzoato de estradiol administrados por vía intramuscular. En el día 8, retirar los dispositivos intravaginal insertos y administrar por vía intramuscular cloprostenol, cipionato de estradiol y gonadotropina coriónica equina en vacas y en vaquillonas.
Realizar la IATF entre las 48 y 56 horas pos retiro de dispositivos y evaluar la posibilidad de realizar una segunda IATF. En este punto, Reineri destacó la importancia de resincronizar para las hembras que estuvieron en anestro, en la primera inseminación. En vacas y vaquillonas cíclicas sometidas a IATF, el técnico no recomienda aplicar gonadotropina coriónica equina al retiro de los dispositivos.
A su vez, el especialista del INTA aconsejó realizar un diagnóstico temprano de gestación, a los 30 días de iniciado el servicio. “Es importante evaluar cómo transcurre el porcentaje de hembras preñadas durante el servicio y al mismo tiempo, chequear ciclicidad y condición corporal”, indicó.
De esa manera, –explicó– podemos tomar algunas decisiones técnicas, si el porcentaje de preñez no es el esperado, como por ejemplo algún tipo de destete. La presencia del ternero, combinado con un balance energético negativo, afecta la recuperación de la ciclicidad pos parto.
Con respecto a las estrategias de manejo detalladas, el especialista indicó que pueden ser aplicadas en forma individual o agrupadas, según criterio del equipo de trabajo presente en cada establecimiento. En todos los casos, es importante consultar con especialistas.