Pautas para minimizar el impacto de las lluvias en las colmenas
Especialistas del Programa Nacional Apícola del INTA detallan cuáles son las prácticas necesarias para evitar pérdidas en los apiarios: monitoreo, alimentación y sanidad, entre los principales aspectos.
Las lluvias ocurridas durante las últimas semanas en la región pampeana requieren el planteo de estrategias para evitar la pérdida de colmenas ubicadas en zonas bajas o cercanas a cursos de agua. En este sentido, técnicos del Programa Nacional Apícola del INTA brindan recomendaciones para minimizar la situación crítica en la que se encuentran los apiarios afectados.
Javier Caporgno, coordinador del proyecto Innovación para el desarrollo equitativo del sector apícola del INTA, señaló que en un contexto climático adverso es necesario evaluar cuáles son las prácticas necesarias a realizar en cada caso.
En lo que respecta al manejo del material inerte –cámara de cría y alzas sin abejas– afectado por el agua “es importante, ni bien se pueda, trasladarlo a un galpón y tratar de recuperar la cera de los cuadros debido a que seguro sufrieron los efectos las lluvias y será recomendable dar un baño con aceite de lino caliente”, expresó Caporgno quien aclaró: “Esto se realiza para garantizar una mayor duración y desinfección del material”.
En caso de que no se pueda llegar con vehículos al lugar de los apiarios, Caporgno señaló que es importante juntar todo el material y apilarlo sobre una base. “En el caso de alzas melarias y cámara de cría, se recomienda acomodarlos de forma que llegue la luz y tengan una buena ventilación”.
Asimismo, el material apilado deberá cubrirse con una lona para evitar el ingreso de agua. “Si estuviese con miel, y en la zona hay problemas de enfermedades de cría (Loque americana y europea), es necesario taparlo para que no ingresen abejas y evitar que se difundan enfermedades”, indicó el especialista del INTA.
Por otro lado, el aspecto sanitario de la colmena es un punto clave en el manejo debido a que las condiciones de excesiva humedad ambiente y escasa reservas son factores que predisponen la proliferación de Nosemosis y Varroosis. “Ni bien se pueda, recomendamos monitorear los apiarios para realizar los controles pertinentes y evitar la proliferación de estas enfermedades”, señaló Caporgno.
En cuanto a la alimentación, se sabe que la principal fuente de energía para las abejas es el néctar. “Debido a las lluvias, las colmenas pueden estar en estado crítico por déficit de reservas energéticas por lo que se recomienda suministrar azúcar de mesa o sustitutos energéticos”, expresó el técnico del INTA para quien “la elección del suplemento conocido como caramelo facilita el trabajo porque se pone directamente sobre los cabezales de los cuadros en la cámara de cría”.
De acuerdo con Caporgno, dependiendo de los lugares podemos encontrarnos con buena entrada de polen proveniente de vegetación presente en la zona. “En este caso, no haría falta ningún sustituto proteico”.
En cambio, “en los apiarios ubicados en zonas más afectadas y con colmenas con cría, es posible que exista una deficiencia en la entrada de proteína”, explicó Caporgno quien recomendó: “Se debería asegurar más del 22 % de proteína en el preparado que consumen las colmenas, el cálculo es de 150 a 200 gramos de torta por quincena”.
La clave está en la planificación
Ante un contexto climático adverso, es necesario replantear la planificación a partir de un diagnóstico realizado luego de la inundación.
Para Caporno, “una de las primeras acciones es evaluar la posibilidad de relocalizar los apiarios a lugares con menos riesgo de anegarse y luego construir la curva de oferta de néctar y polen para cada apiario”.
La expectativa de cosecha dependerá de la cantidad de abejas que queden en las colmenas a la salida de la invernada sumado al potencial de postura de las reinas, que está directamente relacionado a la edad de las mismas. “Para esto es fundamental contar con reinas de menos de dos años de edad, para lo cual será necesario planificar el recambio de reinas”, aseguró Caporgno.