Leña en blanco: un proyecto forestal con el valor de la sustentabilidad
El INTA Santiago del Estero impulsa un emprendimiento de manejo forestal sustentable. Un producto diferenciado y trazable que agrega valor con estrategias de mercado. Un modelo para imitar.
Diversificar la producción, multiplicar los ingresos y asegurar la conservación forestal. Con esta idea nació un proyecto de uso sustentable de los bosques nativos de la región chaqueña semiárida, donde se encuentra la mayor reserva de bosques del país y un porcentaje importante de biodiversidad.
Se trata de Leña en Blanco, que desde las 2.000 hectáreas del campo experimental Las Marías –Santiago del Estero– produce leña seca en trozos de 20 a 25 centímetros de largo, a partir de especies típicas del monte santiagueño. Comercializada en bolsas de papel de cinco kilos, puede utilizarse para la combustión y es un producto totalmente natural y biodegradable.
“Nuestra propuesta fue un plan integral de manejo sustentable que incluye una planificación de tiempo y espacio”, dijo Marcelo Navall, técnico del INTA Santiago del Estero y representante del proyecto. Las bases de la iniciativa, explicó el especialista, incluyen el abordaje simultáneo de un manejo adecuado de los bosques y generación de trabajo legal, con respeto a las condiciones de seguridad para los trabajadores.
El monte nativo santiagueño está compuesto por quebracho blanco y colorado, mistol y algarrobo blanco. Son maderas de semiduras a duras y con buen poder calorífico. Como valor adicional, cada producto incluye información sobre el origen de la leña.
“Cada bolsa tiene una nota de origen o código que permite identificar el bosque del que proviene”, señaló Navall, de modo que, vía web, “el consumidor puede ver detalles del proceso de producción y conocer la ubicación en un mapa”. Por esto afirmó: “Apostamos a diferenciarnos en el proceso y a la trasparencia”.
De acuerdo con Navall, esta iniciativa es el mejor ejemplo de que el manejo sustentable es posible y rentable. “Nuestro objetivo es que productores locales apuesten por este proyecto y se comprometan a respetar el protocolo de producción, a cambio le ofrecemos una marca, packaging y contactos comerciales”.
Para ampliar el mercado y vender a grandes cadenas de supermercados, es necesario tener mayor volumen de producción y asegurar el abastecimiento. “Gracias a una serie de auditorías y al aval de la Fundación Vida Silvestre, concretamos el primer contacto comercial con la cadena de supermercados Carrefour, operación que vamos a canalizar mediante la Asociación Cooperadora del INTA, quien nos da la figura legal para vender los productos”, dijo Navall.
Para Carlos Kunst, especialista en manejo de pasturas naturales del INTA Santiago del Estero, “el mantenimiento de las especies leñosas nativas, árboles y arbustos, es importante porque aportan una gran cantidad de servicios para la ganadería: sombra, forrajes y materia orgánica, que garantizan la sustentabilidad de los suelos”. Kunst explicó que el raleo genera subproductos que, de no ser reutilizados, suele quemarse. “Eso no es sustentable”, indicó, “y aunque no contaminaran, sería crimen no utilizar toda esa energía”.
En esa línea, Kunst sostuvo: “Proyectos como este le agregan valor a la madera y permiten darle una salida comercial a la vegetación leñosa que, de otra manera, sería vista por los productores como un residuo”.
Un modelo para imitar
El uso histórico de los bosques nativos de la región fue el aprovechamiento forestal y la ganadería a monte, entre otras actividades. La degradación por la sobreexplotación y el desmonte son las principales amenazas de estos ecosistemas. En Santiago del Estero los bosques crecen a un ritmo de 1,5 toneladas por hectárea al año y el 80 por ciento de la madera producida es destinada a leña.
De acuerdo con la Ley de Bosques, no puede extraerse más del 30 por ciento de la existencia total de un área determinada, para no alterar su estructura y el nivel de sombra.
“La estrategia de manejo consiste en dividir la superficie para no repetir el corte en un período de 15 a 20 años en el mismo lugar. De esta manera, cuando entramos a un lote extraemos el 30 por ciento de la existencia de madera y el 70 por ciento sigue creciendo, tal como lo indica la Ley de Bosques”.
La superficie del campo experimental fue dividida en 20 lotes de 100 hectáreas cada uno, ya que la lógica del fraccionamiento implica un lote por cada año previsto en la rotación. De esta manera, “cuando se vuelve a la primera región se extrae el crecimiento acumulado en ese período”, dijo el técnico del INTA.
Cada hectárea tiene alrededor de 200 árboles de distintos tamaños, especies y a distintas distancias. Antes de cortar, “es necesario decidir qué árboles quedan y cuáles salen. La clave está en hacerlo con rigor técnico porque es el paso más importante del manejo forestal”, expresó Navall.
Una vez tomada la decisión, “se voltea con motosierra, se extrae –el traslado se hace con cable, por arrastre– e inmediatamente se troza en el tamaño para embolsar”, explicó el técnico y destacó que esa leña se seca de manera natural durante seis meses. En ese período, el producto llega al 20 por ciento de humedad, el máximo recomendado para que tenga una combustión eficiente y de baja contaminación.
Marcelo Navall, ingeniero forestal de INTA Santiago del Estero