Huerta de verano: pautas para tener alimentos frescos
Con la llegada del calor, se intensifican las actividades en la huerta. Planificación, asociación de cultivos, fertilización del suelo y riego entre las recomendaciones de técnicos del INTA para esta época del año.
Comienzan los días cálidos y se intensifican las actividades en la huerta. En este contexto, técnicos del ProHuerta –un programa del INTA y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación– brindan una serie de recomendaciones para producir e incorporar nuevas especies.
“Nos entusiasmamos con la huerta de primavera verano, pero esto implica mover el suelo, fertilizarlo y comenzar con la siembra”, explicó Claudia Viana –referente del programa ProHuerta del INTA La Pampa–. Lo primero que hay que tener en cuenta es qué se quiere cultivar y en qué cantidad.
Las especies que se pueden plantar son muchas: lechuga, acelga, berenjena, tomate, pimiento, zapallo, zapallito, albahaca, perejil, melón, sandía, entre otras. Por eso, para Viana “es importante hacer una buena planificación y tener en cuenta que es lo que más consumimos de esta variedad de verduras”. A su vez, permite aprovechar de forma eficiente el espacio disponible.
Las asociaciones de cultivos son otro aspecto destacado. “Uno de hoja y otro de raíz, por ejemplo: remolacha con acelga, zanahoria con lechuga, tomate con albahaca”, mencionó la especialista. Esto es posible porque los requerimientos nutricionales son distintos y no hay competencia entre ellas.
“Cuando hablamos de buen plantín nos referimos a una planta sana, con buen desarrollo radicular y del tallo, así nos aseguramos que sea fuerte”, agregó. Sembrar en bandejas es una buena opción ya que permite dar condiciones de suelo, agua y temperatura óptimas en los primeros estadios de la planta.
Otro aspecto destacado es asegurar una buena calidad de las semillas y cubrirlas con la cantidad de sustrato adecuada. Dado que no todas germinarán, la especialista recomendó sembrar entre un 10 y 15 % más de los que se desee trasplantar.
El sustrato debe tener los nutrientes necesarios, buena retención de agua y aireación, dado que se trata de un elemento clave para la germinación de la semilla y desarrollo de las raíces. Se puede usar lombricompuesto o compost, con hojas secas o perlita.
Por último, una vez trasplantado hay que prestar atención a las necesidades hídricas de la especie. Recolectar de agua de lluvia o generar un sistema de riego por goteo son estrategias para mantener la humedad del suelo. Además, el agregado de mulch o cobertura vegetal protegen del sol y los golpes del agua de riego.