El desafío de introducir plantas medicinales en la economía formal
El INTA investiga especies nativas de valeriana y pezuña de vaca que crecen en las regiones Patagónica, Chaqueña, Andina y Altoandina del país. El objetivo es incorporarlas al sistema productivo.
Un equipo de investigadores del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA Castelar trabaja en la identificación y caracterización de aromáticas y medicinales nativas con la intención de registrarlas en la Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) e introducirlas como cultivo en la economía formal.
Renée Fortunato, directora del Instituto de Recursos Biológicos (IRB), explicó que entre 1993 y 2003 se buscaron especies nativas con principios activos medicinales y agroquímicos nóveles, no registrados. La propuesta es encontrar principios activos nuevos, previamente no registrados o patentados en la Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
“Buscamos en zonas de bajo nivel de humedad debido a que las especies que crecen en zonas frías, cálidas y áridas, tienen actividad fisiológica que les posibilita vivir en ambientes extremos”, señaló Fortunato.
En la actualidad, el Instituto de Recursos Biológicos investiga y analiza el desarrollo de especies nativas, con el objetivo de registrar los fitofármacos que se deriven en ANMAT. Sobre esa base se están evaluando especies de Valerianas del sur del país (ñancolahuen): “sedante e inductora de sueño” y de pezuñas de vaca (Bauhinia spp.): “hipoglucemiante”; ambos grupos de plantas poseen reportes químicos y reconocidos usos etnobotánicos (pueblos originarios y criollos).
Fortunato destacó la importancia de registrarlo en el ANMAT para tener un fitomedicamento y así poder incorporarlo al sistema productivo. En una primera etapa, el objetivo es tener una producción comunitaria. “Que los lugareños y los grupos originarios dejen de extraerlos del medio, con disminución y pérdida de las poblaciones naturales, y que sea manejado como un cultivo”, expresó.
De acuerdo con Fortunato, el objetivo es saber cuáles son las que tienen los mejores biotipos, introducirlos como cultivo, desarrollar el sistema productivo en las distintas zonas y que sean de manejo familiar.
La evaluación e introducción de valeriana y pezuña de vaca con potencial medicinal se realizan de manera articulada junto con las unidades del INTA que se encuentran en el área de distribución de las especies. “En el caso de la pezuña de vaca, como se encuentra en Misiones y norte de Corrientes, trabajamos junto con el INTA Cerro Azul. En cambio, para las valerianas articulamos con INTA Bariloche, Esquel y Mendoza”, indicó la directora del IRB.
“Entre los desafíos futuros para implementar actividades económicas de alto valor agregado, se encuentran: el desarrollo e inscripción de nuevas especies nativas como fitomedicamento y su cultivo, producción y uso en la Argentina con metas de exportación”, expresó Fortunato.
El INTA es el único organismo, que además de tener investigadores en distintas líneas, puede introducir el manejo de cultivos en zona de origen. Los análisis de los biotipos químicos son efectuados en el Instituto de Recursos Biológicos en colaboración con el de Patobiología y las Facultades de Farmacia y Bioquímica de la UBA y Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB).