Clima | 09 de septiembre de 2021

El agro argentino puede ser parte de la solución al cambio climático

Así lo destacó un grupo de expertos del INTA y del Ministerio de Agricultura de la Nación en el taller del G20 sobre agricultura y cambio climático realizado en Roma, Italia. Los investigadores analizaron los impactos del cambio climático y priorizaron la adaptación como la clave para seguir luchando contra la inseguridad alimentaria.

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El 2 de septiembre se realizó en Roma una reunión sobre Agricultura y Cambio climático en el ámbito de la reunión anual de los Jefes Científicos Agrícolas del G20 (MACS G20 por sus siglas en inglés). Durante el encuentro, el equipo integrado por autoridades nacionales e investigadores del INTA y del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, presentaron “Los caminos hacia la neutralidad de carbono del sector de agricultura, bosques y otros usos de la tierra en Argentina”.

El equipo del INTA estuvo integrado por Susana Mirassou, Tomas Schlichter y Carlos Parera –presidenta vicepresidente y director nacional, respectivamente–, Martín Irurueta, Pablo Mercuri, Pablo Peri, Sergio Feingold, José Volante, Anibal Pordomingo, y Joaquín Gonzalez Cosiorovsk; mientras que Ariel Martínez, Maximiliano Moreno y Fabián Jaras representaron al Ministerio de Agricultura de la Nación.

La posición expresada por el equipo argentino fue: “Como científicos adherimos plenamente a que el agro argentino debe ser parte de la solución”. En este sentido, Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA y vocero del equipo argentino, añadió: “Nuestra prioridad es la adaptación”.

En este sentido, Ariel Martínez, del Ministerio de Agricultura de la Nación, señaló: “Como venimos expresando en las distintas reuniones internacionales sobre el impacto ambiental de los sistemas alimentarios, y en los posicionamientos regionales comunes logrados en ámbitos como el IICA, el CAS y el Consejo de Ministros de las Américas, desde la Argentina trabajamos con la convicción de que nuestra agricultura es parte de la solución y no del problema”.

“Nuestro país, que produce actualmente alimentos para más de 450 millones de personas y cuyo sector agrícola es también la principal fuente de ingresos, genera menos del 1 % de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a escala mundial”, remarcó Martínez quien añadió que “es estratégico que avancemos hacia una transición justa que contemple las particularidades de nuestra región”.

“Con ese compromiso, y en un trabajo mancomunado con los distintos sectores, promovemos la incorporación de tecnología e investigación a través del trabajo del INTA, para avanzar en estrategias de mediano y largo plazo para lograr la neutralidad de carbono, impulsar procesos de adaptación y mitigación, y el cuidado de nuestros recursos naturales”, destacó Martínez.

La Argentina es parte de la Alianza para la Ambición Climática de las Naciones Unidas, que está trabajando para lograr emisiones netas de CO2 cero para 2050. “Sin embargo, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos han aumentado en frecuencia, intensidad y severidad afectando nuestra producción e ingresos”, subrayó Mercuri.

Entre los impactos observados afirmó que “es probable que las sequías sean más regulares, en temporadas consecutivas, de mayor duración y afectarán amplias áreas”. Y agregó: “La gran sequía del Río Paraná, el suministro de agua reducido en todo el oeste del país por menores nieve y hielo en cordillera, y un mayor número de incendios y hectáreas quemadas, se suman a esta situación”.

Asimismo, aumentó la temperatura anual promedio en todo el país, lo que ocasiona estrés hídrico, reducción de glaciares y potencial crisis hídrica a lo largo y ancho del territorio.

La Argentina trabaja en estrategias a largo plazo para lograr la neutralidad de carbono. Por ello, se resaltaron estrategias de Adaptación y Mitigación para Agricultura, Ganadería y Forestación. Entre las estrategias de adaptación en el subsector de agricultura se encuentran: Mayor rotación de cultivos entre gramíneas y leguminosas, integración de la ganadería con los sistemas de producción de cultivos, inclusión de cultivos de cobertura, buenas prácticas para la conservación del suelo y el agua. También, hace hincapié en minimizar los flujos de nutrientes y agroquímicos fuera del establecimiento, implementar prácticas de riego más eficientes y cortinas forestales de bosque nativo o cultivado.

En cuanto a las estrategias de mitigación, Mercuri citó las tecnologías de aplicación de fertilizantes más eficientes, la fijación biológica de nitrógeno en algunos cultivos, los inhibidores de nitrógeno, la rotación de cultivos con pasturas, la siembra directa, entre otras.

A su vez, la contribución del Coordinador del programa de biotecnología del INTA, Sergio Feingold permitió resaltar acciones de adaptación y mitigación que se pueden lograr mediante la biotecnología: “Cultivos tolerantes a la sequía o altas temperaturas, cultivos con resistencia a factores bióticos, cultivos con mayor tasa de fotosíntesis, cultivos aptos para cultivo en suelos salinos, cultivos con resistencia a factores bióticos”, entre otros.

Argentina, miembro del G20

El INTA representa al país en el ámbito de la Reunión de Jefes Científicos Agrícolas del G20. La institución viene participando desde la primera reunión del MACS que tuvo lugar en el 2012 en México.

En ese ámbito, “el organismo expone y sostiene la posición país en los temas de incumbencia que son abordados en cada reunión, en consulta con otras instituciones y estamentos gubernamentales”, afirmó Martín Irurueta, Director Nacional Asistente de Investigación, Desarrollo y Planificación del INTA.

En el 2018, bajo la presidencia argentina del G20, el INTA asumió la responsabilidad de organizar la reunión que se llevó a cabo en Jujuy, presentando en la agenda los temas de edición génica y cambio climático que aún hoy están presentes en la agenda del G20. Asimismo, participa del grupo de trabajo para la reunión de Ministros de Agricultura del G20, liderado por el MAGyP.

De acuerdo con Irurueta, el trabajo es continuo: “Hay varias instancias previas a la reunión donde se discuten los temas que serán presentados por la troika, compuesta por el país que tiene la presidencia actual y los países que tuvieron la presidencia en años anteriores y la tendrán en el año siguiente”.

“Una vez que los temas son acordados se conforman los equipos de referentes, según las temáticas, y se analizan y discuten los documentos de trabajo en distintos grupos Ad-hoc”, explicó Irurueta. Y agregó: “Luego de la reunión se comparte lo trabajado en el MACS al interior de nuestra institución y con otras instancias gubernamentales (MAGyP, MRECIC, SENASA, etc.) y de construcción de consensos para sentar posiciones en los distintos foros en los que nuestro país tiene representación”.

 

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