Cuando prevenir es la única opción
La erupción del volcán Puyehue-Cordón Caullé trajo consecuencias que afectaron a los animales. La clave es la dieta y la vacunación para prevenir enfermedades.
El esparcimiento de las cenizas provocado por la erupción del volcán Puyehue-Cordón Caullé afectó a los pobladores y, sobre todo, a los animales de la región. Desde el INTA Bariloche explican cuáles son las prácticas adecuadas para prevenir enfermedades y evitar la mortandad de la hacienda.
Carlos Robles, jefe del Grupo Salud Animal del INTA Bariloche –Río Negro–, indicó que las cenizas volcánicas produjeron cambios bruscos en las dietas de ovinos y caprinos, por lo que “son propensos a desarrollar enfermedades como la enterotoxemia, que una vez diagnosticada, es poco lo que se puede hacer para evitar la muerte”.
Las cenizas volcánicas alteraron la alimentación del ganado: cambiaron el sabor y la textura de los pastos, además de haberlos volteado y tapado. Esta situación derivó en la necesidad de que el productor comience a suplementar a los lanares –ovinos y caprinos– con fardos, pellets y granos.
“En el caso de los ovinos –señaló Robles– hay que estar atentos, porque un cambio repentino en la dieta como la que ha generado este fenómeno natural, puede desencadenar brotes de enterotoxemia y provocar la muerte”.
A fin de prevenir mortandades por esta enfermedad se debe evitar alteraciones digestivas, para lo cual explicó el jefe del gupo salud animal, “es importante que los pellets y granos se suministren de a poco y paulatinamente”, en un período de 10 a 15 días, para que el animal no sufra un cambio de dieta brusco hasta alcanzar la dosis sugerida.
La dosis justa
“Una gran ventaja para superar esta crisis es contar con vacunas ”, expresó Robles. En este sentido, se debe trabajar en la inmunización de los animales. En adultos y especialmente en ovejas madres, la vacunación debe realizarse al momento de la esquila preparto, debido a que protege al la madre y colabora en la transmisión de anticuerpos protectores para el corderito mediante el calostro –importante para los dos primeros meses de vida–.
La aplicación de la vacuna debe realizarse a todos los lanares que estén recibiendo algún suplemento forrajero. “Los corderos y chivitos diente de leche deberán recibir una dosis inicial y a las tres semanas un refuerzo”, recomendó el técnico.