21 de octubre de 2011

Cómo proteger la huerta de las altas temperaturas

Mónica Filippi, técnica del INTA Chivilcoy –Buenos Aires–, brinda recomendaciones para optimizar uso del agua y las coberturas del suelo en el verano.

Las altas temperaturas predisponen a la planta a una excesiva transpiración para regular su temperatura metabólica. Esto puede generar efectos negativos sobre las plantas  debido a que dejan de crecer. Además, la falta de agua le puede generar un estrés hídrico.

Por esto, las estrategias recomendadas para aplicar en épocas de altas temperaturas en las huertas son: incorporación  de abonos orgánicos que incrementen la capacidad de almacenar agua en el perfil del suelo, uso coberturas de suelo o “mulchs” para impedir la evaporación del agua del suelo y la demanda transpiratoria de la planta  y promover los mecanismos para mantener la eficacia en la absorción de agua. Estos puede variar desde polietilenos u orgánicos –como restos de paja, de cosecha, del desmalezado, hojas secas– hasta papel de diario.

Además, para optimizar el suelo deben realizarse labranzas mínimas: no invertir el pan de tierra y semienterrar los residuos para evitar exponer el suelo desnudo a la deshidratación.

En riego debe aumentarse la frecuencia: conviene hacerlo más de una vez  al día con menor volumen de agua muy temprano a la mañana y a la tardecita sin  mojar las hojas ni el cuello de la planta para evitar “el quemado”.

Para un manejo del ambiente deben utilizarse cercos, vivos o inertes  semidensos para favorecer la ventilación y  frenar la velocidad del viento que promueve una excesiva  evaporación y transpiración. Así como media sombra en cultivos desarrollados –no usarlos  en la etapa de plantín–.

Si se poseen invernáculos un punto a tener a tener en cuenta es la ventilación. Para esto hay que sacar al exterior el exceso de temperatura y humedad abriendo todas las ventanas. Los más adecuados para esta época son los que poseen el sistema de cenitales ya que permiten una expulsión eficiente del aire caliente en forma natural.

Como consejo es muy importante utilizar la técnica de sombreado: uso de medias sombras o ramas y blanqueado –con cal– de la cubierta de polietileno que permiten disminuir la temperatura del ambiente del invernáculo en dos o tres grados. Esto se realiza en  cultivos desarrollados, porque la disminución de luz que implica, si puede alterar el crecimiento en plantines.

En esta línea, los plásticos especiales en la cubierta, que tienen un paquete de aditivos incorporados que los hacen opacos a las radiaciones infrarrojas, producen un efecto térmico, disminuyen la temperatura del ambiente del invernadero por la capacidad de retener el calor que se disipa por la noche.

Es muy importante el control de  la temperatura del día, pero tanbien lo es el de las  temperaturas nocturnas ya que las demasiado altas promueven una excesiva transpiración y actividad metabólica nocturna que limita el crecimiento de la planta: lo que se produce durante el día se metaboliza durante la noche.

En las hortalizas de fruto –por ejemplo, tomates– la temperatura  afecta tanto a la vida útil  como el color de los frutos. Es recomendable una temperatura por debajo de 28 ºC porque la formación de pigmentos que le dan origen al color los frutos, se ve afectado por la temperatura.

En condiciones de  estrés por calor los frutos formados serán pálidos y disminuirá su vida útil. Si su temperatura es demasiado alta, este tendrá menor firmeza.

Plantines

El manejo del transplante en primavera verano, requiere de su realización en momentos del día con  bajas temperaturas: al amanecer o al atardecer.

Es conveniente el transplante de plantines con pan de tierra y de  plantas con no más  de 2 hojas.  Por lo tanto es importante la poda de hojas para evitar su deshidratación.  Hasta el momento del establecimiento de la planta es aconsejable sombrearlas con ramas o media sombra  para inducir a un mejor enraizamiento.

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