28 de febrero de 2018

Clima, sequía y erosión: inauguran el primer observatorio en la Patagonia

Juan Balbín -presidente del INTA- habilitó oficialmente las instalaciones en el INTA Río Gallegos, Santa Cruz, que permitirán potenciar las actividades productivas de la región. La inversión, que superó los de 10 M de pesos, fue financiada por la Fundación ArgenINTA.

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Juan Balbín -presidente del INTA-, junto con numerosas autoridades nacionales, provinciales e institucionales, inauguró oficialmente el primer observatorio de clima, sequía y erosión en la Patagonia Austral y el laboratorio de análisis de calidad de alimentos y forrajes que permitirán avanzar en investigaciones y estudios para anticiparse a los fenómenos que condicionan las actividades productivas de la región. La inversión, que superó los de 10 M de pesos, fue financiada por la Fundación ArgenINTA.

En su discurso, Balbín se mostró orgulloso por la inauguración, al tiempo que destacó el rol y la función que cumple la Fundación ArgenINTA al acompañar y aportar al INTA en el desarrollo de infinidad de proyectos.

“El gran capital del INTA es nuestra gente, su compromiso y la visión de conjunto de un organismo que aporta en un espectro mucho más amplio que una tecnología puntual y lo aborda desde la investigación hasta la extensión”, subrayó el presidente del organismo.

“Dentro de los desafíos que tenemos, debemos considerar a la agroindustria como vector de trabajo en el territorio. En este sentido, resulta trascendental que desde nuestra institución generemos todas las capacidades tecnológicas en la producción y en la apertura de mercado”, aseguró.

En esta línea, se refirió a la integración de nuestro país en el mundo y destacó los requerimientos ambientales, sanitarios y productivos que se deberán cumplimentar. “Estas cuestiones como así también la trazabilidad y certificación de los procesos forman parte de nuestros objetivos como instituto de tecnología” y agregó: “Los organismos técnicos tenemos que mirarnos como un conjunto que abastece a un mundo complejo con diversas realidades que nos reclama”.

A su turno, Sergio Pena -director del INTA Santa Cruz- reconoció sentir un “enorme orgullo y responsabilidad” al inaugurar esta obra que compromete al organismo a generar información para el desarrollo sustentable de la región.

Agradeció a la Fundación ArgenINTA, a los socios en el territorio, a la universidad, al consejo agrario y principalmente a los productores a quienes consideró “eje central y principales destinatarios de la obra” y los invitó a formar parte del proyecto de alto impacto en la región.

“Este proyecto debe servir para generar información necesaria que aporta al desarrollo regional de la mano de la innovación, debe fortalecer la producción en cantidad y calidad, al tiempo que debe afianzar las relaciones entre las instituciones que generen la sinergia necesaria para avanzar hacia redes más eficientes”, aseguró Pena.

Del acto participaron Pablo Torelo -diputado nacional-, Carlos Moret -consejero directivo nacional del INTA-, Javier de Urquiza -presidente del Consejo Agrario Provincial CAP-, Mariano Bosch y Héctor Espina -vicepresidente y director nacional del INTA, respectivamente-, Eduardo Quargnolo -secretario legal y técnico del INTA-, Nicolas Ciano -director del centro regional Patagonia Sur del INTA-, Fernando Gliubich -presidente del consejo del centro regional Patagonia sur-, Patricio Quinos – coordinador Cambio Rural del Ministerio de Agroindustria-, entre otras numerosas autoridades nacionales, provinciales y municipales.

Observar para adelantarse a los cambios

De acuerdo con Gabriel Oliva -especialista en Recursos Naturales del INTA Río Gallegos, Santa Cruz- el observatorio de clima, sequía y erosión, el primero en la Patagonia y en la experimental, permitirá avanzar en investigaciones y estudios para conocer y anticiparse a estos fenómenos que condicionan las actividades productivas de la región.

“Este observatorio cuenta con equipos de última tecnología por más de 3 millones de pesos que nos permitirán conocer las modificaciones del clima y su influencia en los cultivos y actividades productivas de la región”, señaló Oliva. “Poder predecir y monitorear condiciones como la sequía, por ejemplo, será un gran paso para la toma de decisiones”, aseguró.

Para esto, el observatorio cuenta con equipos de teledetección de la evolución del índice verde, simuladores de lluvia, radiómetros y equipos de fotosíntesis portátil para evaluar cómo afecta la sequía a las producciones. Además, hay equipos de teledetección de imágenes satelitales e interceptores de lluvia.

En referencia a la erosión eólica, Oliva sentenció: “Nuestros suelos se están volando y no sabemos a qué tasa”, al tiempo que destacó el rol del túnel del viento con el que cuenta el observatorio que simula las condiciones y permite medir la tasa de pérdida de suelos a raíz de este fenómeno.

Además, el edificio cuenta con un laboratorio de análisis de calidad de alimentos y forrajes equipado con la última tecnología conocida como NIRS que permite conocer y analizar la calidad de los alimentos consumidos por los animales, como así también la fibra y digestibilidad de esos productos. “Con cada sequía, la producción ovina disminuye entre un 15 y un 20 %”, ilustró Oliva quien, además, aseguró que “con los laboratorios estaremos capacitados para lograr producciones más sustentables y estables”.

En cuanto a la inauguración de la obra, Oliva se mostró entusiasmado de contar con equipos de última tecnología que habilitarán investigaciones a fin de conocer y analizar las condiciones de la región. “Tenemos mucha expectativa con respecto a la información que somos capaces de generar, herramientas de gran utilidad tanto para los investigadores como para los productores de la zona”, argumentó.

Ubicado en el INTA Río Gallegos, Santa cruz, el observatorio permitirá profundizar los conocimientos sobre clima, sequía y erosión que condicionan las actividades productivas de la región.

Cuatrocientos metros cuadrados de conocimiento

La nueva edificación, que cuenta con 411 metros cuadrados integrados a la construcción existente, comprende un área de teledetección, otra de visualización, un taller, como así también un recinto donde se ubican los equipos de precisión. Además, hay un área en la que se instaló un molino para molienda, un tamizador rotativo, una mesada para tamizar y dos Laboratorios.

Construida de manera tradicional y con la misma estética que el edificio contiguo, la edificación cuenta con muros exteriores con terminación de revoques plásticos y ladrillos vistos en el acceso principal. La nueva cubierta y la existente se unificaron en sus terminaciones superficiales. Las divisiones interiores se realizaron con paneles de roca de yeso. Todas las carpinterías son de aluminio y de doble vidriado hermético.

Ubicado en la experimental del INTA en Río Gallegos, Santa Cruz, el observatorio permitirá profundizar los conocimientos sobre clima, sequía y erosión a fin de potenciar las producciones en la región y hacerlas más sustentables y estables.