23 de diciembre de 2016

Pampa del Zorro: un paraje con sed de desarrollo

En ese paraje chaqueño, 60 familias se asociaron para obtener agua de calidad. Gracias al trabajo interinstitucional, construyeron cisternas y mejoraron la producción caprina. Una oportunidad de inclusión que mejora la calidad de vida.

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“Mi situación era crítica”, aseguró Alicia Ávila, una campesina chaqueña que desde hace 30 años vive en el paraje Pampa del Zorro en Chaco. Hasta hace poco, todos los días, recorría cinco kilómetros para abastecerse de agua que consumía en su casa y les daba a los animales.

“Acarreaba 16 bidones de 20 litros –que antes habían contenido fitosanitarios– con agua”, recordó consternada. Y, a pesar de hacer el recorrido a bordo de un carro zorra, llegaba a demorarse, al menos, dos horas. “Cuando hacía calor todo se complicaba y llegaba a hacer hasta tres viajes por día”, recordó. En muchas de esas oportunidades, Alicia estaba acompañada por Valentina, su hija de cinco años.

Esta es una de las tantas experiencias que viven las 60 familias de la localidad chaqueña de Pampa del Zorro –a 45 kilómetros de Las Breñas– que, para enfrentar sus dificultades en materia de acceso al agua para consumo humano y animal, manejo en la producción caprina y organización de base comunitaria, decidieron pedir asesoramiento al INTA.

Ahora, gracias al INTA Las Breñas y a la Universidad de Quilmes, Alicia y su pequeña tienen un pozo para abastecer a sus animales y, con los vecinos, se organizó para construir ocho cisternas de placa, una en su casa. Pronto van a construir ocho más.

Feliz por el trabajo comunitario y por los logros obtenidos aseguró: “Estoy inmensamente agradecida con los que nos han ayudado tanto”.

Dos años más tarde, se organizaron capacitaciones sobre manejo caprino, sanidad y alimentación, se construyeron 30 cisternas placas que almacenan hasta 16 mil litros de agua de lluvia para consumo humano, al tiempo que reciben apoyo para el desarrollo sociotécnico y organizacional de las familias.

Los vecinos de Pampa del Zorro se organizaron para construir ocho cisternas de placa y están próximos a construir ocho más.

Un contraste demasiado grande

Cuando conoció la historia de Alicia y Valentina, el extensionista Lucas Vázquez, de la gerencia de Gestión de Programas de Desarrollo Rural del INTA, se comprometió de inmediato. “Sentí profundamente que algo tenía que hacer. Miraba la foto de Valentina y veía a mi hija, separadas por más de mil kilómetros y el contraste era muy grande, demasiado grande”, dijo Vázquez.

En este sentido, agregó: “Alicia y Valentina fueron la inspiración para que muchos y muchas que conocimos su historia pudiéramos unir los esfuerzos institucionales necesarios para lograr la adjudicación de una licitación pública que permite que otras 700 familias de Chaco, Santiago del Estero y Santa Fe puedan acceder a agua segura a través de la construcción de cisternas de placas, perforaciones y pozos”.

Así, comenzaron a trabajar junto con el INTA Las Breñas, la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) y la cooperación del INTI en el marco del Proyecto de Adaptación y Resiliencia de la Agricultura Familiar del NEA ante el cambio climático y su variabilidad, financiado por el Fondo de Adaptación al Cambio Climático de Naciones Unidas. “Los análisis en el campo de Alicia nos indicaban que el agua subterránea no era apta para consumo humano, por lo cual se avanzó con la construcción de un pozo excavado y calzado con hormigón para el consumo de sus animales”, explicó el extensionista.

Para Vázquez, hoy ese contraste que advirtió es mucho menor: “Cuando la conocí, Alicia había construido con sus propias manos y las de sus vecinas (con el apoyo de la Universidad Nacional de Quilmes), la cisterna que colectará el agua de lluvia y que posibilitará que Valentina tenga más tiempo para jugar e ir al jardín, así como mi hija”, afirmó.

Los campesinos fueron capacitados sobre los sistemas de cosecha de agua de lluvia como la construcción de reservorios y cisternas de placa.

Trabajo en equipo

“Desde el INTA promulgamos la acción asociativa y comunitaria para mejorar las condiciones de vida de los miembros del paraje, desde resolver las necesidades básicas insatisfechas, hasta cuestiones productivas que incrementen sus ingresos mensuales”, aseguró Aldo Smeriglio –técnico del INTA Las Breñas, Chaco–. El especialista fue más allá y aseguró que “la clave está en construir la solución junto con una red de instituciones que dan soporte al grupo de trabajo”.

En este sentido, destacó el proyecto “Derecho de acceso a bienes: agua para el desarrollo” (DAPED), que impulsa un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes, la Red de Tecnologías para la Inclusión Social (en el marco del Programa Internacional SedCero) y el INTA. “Desde este equipo interinstitucional –detalló Smeriglio– propusimos un proceso de formación comunitaria en tecnologías de acceso a agua como perforaciones, pozos encofrados y bombas manuales”.

Las familias también fueron capacitadas sobre los sistemas de cosecha de agua de lluvia que consistirán en construcción de reservorios y cisternas de placa, áreas de captación, bombas de agua, impermeabilización de suelos y mejoramiento de infraestructura de las casas.

“Así, una vez informados, los agricultores familiares tendrían las herramientas necesarias para evaluar y decidir la mejor opción que adoptarán en sus casas”, aseguró el especialista del INTA. A su vez, se trabajó con la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) y el INTI en el marco del proyecto de Adaptación y resiliencia al cambio climático, en la exploración y obtención de agua subterránea de calidad para consumo humano y con el Municipio de Las Breñas en tareas de logística y dinámica de los procesos.

Desde el punto de vista organizativo, Smeriglio explicó que la agrupación comunitaria que se reúne mensualmente con técnicos del INTA Las Breñas, en donde se plantean temas y estrategias para abordar. “Los mismos pobladores vieron la necesidad de agruparse y acompañarse”, detalló el técnico, quien especificó que están por obtener la personería jurídica, para acceder a proyectos con financiación externa.

El programa ProHuerta, que llevan adelante el INTA y el ministerio de Desarrollo Social de la Nación, aprobó 52 proyectos para asegurar el acceso al agua a distintas comunidades en todo el país. Se trata de proyectos especiales para garantizar el consumo humano y animal, además del riego. A su vez, el ProHuerta aprobó otras líneas temáticas de proyectos especiales, que suman 165 experiencias por un total de 33.7 millones de pesos.

Acceso al agua, clave para el desarrollo de las comunidades 

Cerca de 60 familias habitan el paraje Pampa del Zorro, una localidad que se ubica al sudoeste de la provincia de Chaco y a 45 kilómetros de la ciudad Las Breñas, que tienen necesidades de asociarse, crecer en sus actividades y, por sobre todas las cosas, acceder a uno de los derechos humanos imprescindibles para la subsistencia: el agua.

Con precipitaciones que oscilan los 650 milímetros anuales y una temperatura media de 21ºC, la zona se destaca por sus características semiáridas. La vegetación de la región es el monte bajo con presencia de especies arbóreas como aromitos, garabatos y tuscas y otras de mayor porte como algarrobos, quebrachos blancos y colorados.

Entre las principales actividades productivas, se acentúa la cría de ganado caprino y aviar. En menor medida, se desarrollan las porcinas y bovinas y extracción de leña para carbón.

Entrevista a Aldo Smeriglio, del INTA Las Breñas, provincia de Chaco

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