10 de julio de 2014

Un programa por el desarrollo inclusivo y federal

Con el programa Cambio Rural, el INTA y el Ministerio de Agricultura de la Nación procuran mejorar la competitividad de los pequeños y medianos productores agropecuarios e integrarlos a las cadenas de valor.

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El grupo Rosales tiene una historia particular. Integrado por productores familiares agrícolo ganaderos capitalizados de la provincia de Córdoba­, es un caso emblemático por tratarse de uno de los grupos más antiguos de Cambio Rural. Su formación, en 1993, coincide con los orígenes del programa.

“Se inició con 10 productores de Rosales, un pueblo de 550 habitantes”, señaló Adrián Milanesio, el promotor asesor que los acompaña. “Al principio, el objetivo del grupo fue mejorar la cuestión productiva-tecnológica”, explicó.

Si bien en una primera etapa algunos tenían cierta resistencia a trabajar en grupo y en forma participativa –estrategia principal del programa–, cuando empezaron a recorrer los campos de los productores, se convencieron en base a la construcción del aprendizaje en común.

Cuando iniciaron este camino, dedicaban el 70% de la superficie que trabajaban a la ganadería y el 30% a la agricultura. “Hoy es prácticamente al revés, pero el número de vientres se mantuvo y lo que se hizo fue intensificar la ganadería”, indicó Milanesio. Pasaron de la invernada pastoril al engorde a corral con maíz y complementan la actividad con el cultivo de pasturas y verdeos de invierno.

De acuerdo con Diego Ramilo, coordinador nacional de Transferencia y Extensión del INTA, “la metodología grupal bien empleada es una herramienta excelente para la capacitación de jóvenes y adultos y un soporte importante para la toma de decisiones y el empoderamiento de los productores”. Permite identificar y resolver problemas, generar conocimientos y potenciar las habilidades y destrezas, en cuestiones productivas, organizativas y de gestión. “Trabajar en grupo en forma participativa permite desarrollar un proceso colectivo de discusión, reflexión y socialización del conocimiento”, lo cual convierte a esa organización “en una valiosa fuente de aprendizaje”, agregó.

Walter Martín, coordinador nacional del programa Cambio Rural para el Ministerio de Agricultura la Nación, aseguró que “lo que se busca como objetivo es el fortalecimiento del sector agropecuario, ayudar a la construcción de proyectos de valor agregado y, a través de esos dos objetivos, impactar en el desarrollo local de las poblaciones rurales”.

Según el promotor de Rosales, más allá de los aspectos productivos, “a partir del Cambio Rural, los miembros del grupo comenzaron a participar en las cooperadoras del pueblo, en el Consorcio Caminero, en la unidad ejecutora del plan de aftosa”.  Hoy “la mayoría de las instituciones del pueblo están integradas por gente del grupo”, que así procura mejorar las condiciones de producción y la calidad de vida en Rosales.

Aportar al desarrollo rural

Fortalecer la organización de los productores y facilitar los procesos de agregado de valor son los pilares de un programa que busca aumentar la producción agropecuaria y promover el desarrollo local de las comunidades rurales, mediante la articulación público-privada.

En cuanto al rol del INTA, Martín comentó que “ha participado como socio en este programa desde el inicio de Cambio Rural y tiene una distribución territorial a lo largo de todo el país”. Como en todos los planes del Estado, hay que “potenciar los distintos organismos y programas para que puedan tener una sinergia que permita, con menos, lograr más, en beneficio de todos los productores”, dijo.

Según Ramilo, Cambio Rural II “constituye para el INTA una impostergable oportunidad de dar respuesta a las demandas territoriales, con el fin de aportar al desarrollo local”. En ese sentido, aseguró: “Priorizado hoy entre la política del Ministerio de Agricultura de la Nación, fortalecido en su presupuesto y rediseñado con una visión innovadora, inclusiva y federal, permite a nuestra institución poner a disposición del programa todas sus capacidades y fortalezas presentes a lo largo de todo el país para la transformación efectiva de la realidad de miles de familias vinculadas al sector agropecuario y agroalimentario, en comunas y municipios rurales del país”.

En la versión impresa del INTA Informa de julio se podrán conocer más experiencias y los desafíos de una nueva etapa del programa que transformó el modo de producir y le dio competitividad a miles de pequeños y medianos productores durante dos décadas.

 

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