08 de junio de 2010

Un virus detectado al galope

El INTA confirmó la existencia de un virus equino en un establecimiento bonaerense. Se trata de una enfermedad viral y contagiosa que afecta el aparato respiratorio de los animales.   Las primeras noticias que se difundieron advertían la existencia de “un virus equino desconocido en el país”. Pero investigadores del INTA identificaron de qué enfermedad se […]

El INTA confirmó la existencia de un virus equino en un establecimiento bonaerense. Se trata de una enfermedad viral y contagiosa que afecta el aparato respiratorio de los animales.  

Las primeras noticias que se difundieron advertían la existencia de “un virus equino desconocido en el país”. Pero investigadores del INTA identificaron de qué enfermedad se trata y confirmaron la existencia de la Arteritis Viral Equina (AVE) en San Antonio de Areco -Buenos Aires-.

“El laboratorio de virus equinos del Instituto de Virología confirmó que el aborto producido en una yegua fue la causa de la infección con este virus. Este hallazgo se constituyó como el primer aislamiento en la Argentina del AVE a partir de casos clínicos”, afirmó la coordinadora del ese laboratorio del INTA Castelar, María Barrandeguy.

Luego de identificarlo, los investigadores del INTA se comunicaron con las autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), quienes tomaron medidas para la contención y el control sanitario.

Ese organismo extendió el alerta sanitario hasta el 5 de junio -según la resolución 342/10 que fue publicada en el Boletín Oficial-, al considerar que se deben “profundizar y fortalecer todas las acciones de vigilancia activa y los mecanismos y las medidas existentes, a fin de controlar y evitar la difusión del virus de la Arteritis Viral Equina”.

Una vez descubierta la infección, los investigadores comenzaron a rastrear el origen del virus y el movimiento de los animales infectados hacia otros establecimientos, y detectaron cuatro focos primarios y tres secundarios -todos localizados en la provincia de Buenos Aires-.

Según Barrandeguy, “desde el 3 de abril hasta la fecha el laboratorio recibió 2.501 muestras remitidas por el Senasa, que provenían de los establecimientos afectados, de los hipódromos de San Isidro y Palermo, además de numerosos establecimientos hípicos” de todo el territorio nacional.

El análisis de las muestras “permitirá concluir qué alcance ha tenido la infección”, explicó la investigadora, aunque advirtió que “también será necesario determinar si algunos de los machos han quedado persistentemente infectados”.

Características de la enfermedad

La importancia de esta enfermedad radica en las pérdidas económicas determinadas a partir de los abortos, la cancelación de eventos por brotes de enfermedad respiratoria y las restricciones para la exportación de caballos a países libres de Arteritis Viral Equina (AVE).

Además, los padrillos infectados no pueden ser utilizados como reproductores ya que el virus se encuentra presente de manera persistente en su esperma. “La AVE es una enfermedad viral y contagiosa que afecta a los equinos. Si bien la mayoría de las infecciones son inaparentes o subclínicas, ocasionalmente se producen enfermedades respiratorias en animales adultos, abortos en yeguas preñadas y neumonía en potrillos”, explicó la investigadora.

La transmisión de esta enfermedad se realiza vía venérea o respiratoria durante el periodo agudo de la infección. Su diagnóstico se realiza por aislamiento viral o a partir de la detección de su genoma mediante técnica Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR).

El INTA es una de las tres instituciones del país habilitadas para detectar el AVE. Asimismo, el Instituto de Virología de Castelar recibió la visita del experto en enfermedades equinas, Peter Timoney, director del Maxwell H. Gluck Equine Research Center, de la Universidad de Kentucky-Lexington.

Timoney visitó el laboratorio de virus equinos e intercambió conocimientos con los investigadores del INTA tras exponer sobre la AVE -su distribución, la respuesta clínica y la epidemiología- durante un encuentro que se llevó a cabo en el Senasa.

Antecedentes

La Argentina posee antecedentes de la infección: ya en 1984, 1998 y 2002 se detectaron padrillos infectados en establecimientos de cría de equinos de Buenos Aires y Córdoba. “La intervención del Senasa y las medidas adoptadas durante algunos años permitieron controlar la infección”, aseguró Barrandeguy.

Asimismo, en 2001 se estableció la obligatoriedad de contar con un análisis anual negativo a Arteritis en todos los padrillos que estuvieran registrados en el Stud Book Argentino, la Sociedad Rural Argentina y Fomento Equino.

“Las muestras de equinos de exportación, un promedio de cinco mil al año, permitían concluir que los equinos de Argentina estaban libres de esta infección”, recordó la investigadora.