20 de abril de 2011

Una Niña decaída

El fenómeno meteorológico, presente en la última campaña con precipitaciones inferiores a lo normal, atraviesa una fase de declinación.

La variabilidad climática existió siempre. Pero en los últimos años se intensificó, dando lugar a los fenómenos Niño y Niña con precipitaciones extremas que amenazan a la agricultura. Después de haber transcurrido ambos eventos consecutivamente, los especialistas esperan un año neutro.

Pablo Mercuri, director del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, explicó que “comenzó la fase de decaimiento del fenómeno La Niña y se estima un año neutro, en el que no reportarán anomalías en los valores de la temperatura superficial del océano y, en consecuencia, no se registrarían eventos extremos”.

De todos modos, el especialista aclaró que recién en las próximas semanas se podrá predecir con mayor exactitud la tendencia de la fase fenómeno ENSO (Niño – Neutro – Niña) que prevalecerá durante la próxima campaña agrícola 2011-2012.

En plena etapa de transición climática, Mercuri hizo un balance general de la situación y destacó la desigualdad con la que se presentó el fenómeno en esta oportunidad: “Fue muy atípica con un impacto heterogéneo a nivel local y mundial. Hubo zonas con un fuerte –pero temporario– déficit hídrico y otras con abundantes precipitaciones. De todos modos –continuó el técnico– no fue una sequía tan profunda como se esperaba”.

En esta línea, el especialista indicó que en el último mes las precipitaciones en la región pampeana fueron escasas y variables –pero adecuadas–, lo que favorece ampliamente el avance de la cosecha de maíz, soja, girasol y arroz.

Además, explicó que a mediano y corto plazo el régimen de precipitaciones será leve a moderadamente deficitario en algunas áreas del país y continuará la probabilidad de observar irregularidad en la distribución espacial y temporal de las lluvias. “Es muy común que las salidas de los otoños de los años Niña sean secos”, aseguró Mercuri.