Una heladera que enfría con el sol
Se presentó hoy en Cruz del Eje. Es ideal para zonas sin acceso a electricidad o gas, produce 5 kilogramos de hielo por día y no tendría costo de mantenimiento.
Es posible conservar alimentos frescos sin energía eléctrica, sin gas y sin kerosene. Precisamente, hoy se presentaron en Cruz del Eje dos prototipos de heladera solar proyectados en conjunto por el IPAF Región Pampeana del INTA, la Universidad Nacional de General Sarmiento, el Movimiento Campesino de Córdoba (APENOC), el INTI, las pymes matalmecánicas locales y la escuela IPEM 306 de Paso Viejo. Tres de estos prototipos experimentales serán instalados en los próximos meses en la región.
“Para nosotros es un orgullo que desde este pequeño pueblo de Zerrezuela, en Cruz del Eje, se ponga a punto el primer prototipo solar para pequeños productores y que estén presentes los que más saben de hielo solar en la Argentina”, advirtió Eduardo Belelli, del Movimiento Campesino de Córdoba. “Es muy importante que las instituciones podamos converger en el diseño y fabricación de este prototipo, donde todos aportamos nuestros saberes, para resolver una necesidad muy sentida en nuestra región”, sostuvo el dirigente.
Para los investigadores de la Universidad de General Sarmiento –que desde su creación adoptó como principio la vinculación entre la formación, la investigación crítica y la búsqueda de alternativas–, resulta muy importante poder probar a campo este prototipo. Así lo expresaron Sergio Vera y Rodolfo Echarri, de esa casa de estudios: “Es relevante que la gente que lo demanda y necesita sea la primera en ponerlo a prueba. Para nosotros constituye un aporte muy valioso para avanzar en nuestras investigaciones”.
El refrigerador, que utiliza la energía lumínica, funciona con un colector solar parabólico integrado al equipo, es ideal para zonas sin acceso a electricidad o gas, produce cinco kilogramos de hielo por día y no tendría costo de mantenimiento. El proceso de trabajo se podrá observar en INTA Expone en región pampeana, que se realizará del 15 al 17 de abril en Marcos Juárez –Córdoba–.
La heladera funciona con un colector solar parabólico integrado al equipo. En Cruz del Eje, Córdoba, se presentan dos pototipos proyectados en conjunto por el IPAF Región Pampeana del INTA, la Universidad Nacional de General Sarmiento, el Movimiento Campesino de Córdoba (APENOC), el INTI, las PyMEs matalmecánicas locales y la escuela IPEM 306 de Paso Viejo. Tres de estos prototipos experimentales serán instalados en los próximos meses en la región.
“Para nosotros es muy valioso poder participar en esta mesa de trabajo con todas estas instituciones”, explicó Leandro Rueda, del Equipo Técnico-Territorial del INTI del Noroeste de Córdoba. “Aquí se demostró que, en un trabajo articulado, se puede hacer uso eficiente de nuestros recursos, tiempo e inteligencia, para ofrecer respuestas más rápidas y resolver problemas desde las capacidades instaladas que cada institución tiene. Ese es el desafío: que esta experiencia de Cruz del Eje sirva de antecedente y motivación para encarar otras problemáticas más complejas”, resaltó el técnico del INTI.
Proceso de gestión
El trabajo articulado comenzó hace un año y avanzó en diseños y planes de desarrollo. En este momento se encuentra en la etapa de fabricación de los prototipos, para pasar de inmediato a testeos y perfeccionamientos. “Los resultados parciales de las piezas fabricadas son resultados colectivos. De ningún modo lo hubiésemos podido generar las instituciones por separado”, afirmaron Sergio Justianovich y Marcos Hall, del IPAF Región Pampeana del INTA.
Además, los investigadores destacaron que este desarrollo es de vital importancia ya que en el noroeste de Córdoba viven cerca de 600 productores que tienen como actividad principal la producción caprina –carne, leche y derivados–. “Gran parte de esos productores no tiene acceso a las redes convencionales de energía: el gas envasado es caro y no es fácil conseguirlo, lo que dificulta la conservación de sus alimentos”.
Hasta ahora, agregaron Justianovich y Hall, las heladeras solares pára agricultores familiares disponibles en la Argentina eran ejemplos presentados en congresos, pero mediante la articulación con los investigadores de la universidad fue posible canalizar la demanda de los productores. En la actualidad sólo existen prototipos experimentales. “Contactamos con pymes locales para que puedan encargarse de la fabricación y mantenimiento de los equipos de refrigeración. Este prototipo se adaptará muy bien a zonas en las que se registran días luminosos y sin lluvias frecuentes”, explicaron.
Números fríos
Este prototipo, con una capacidad de 50 litros, puede generar hasta cinco kilogramos de hielo diario, debido a que alcanza de dos a tres grados bajo cero. “Fue pensado para el volumen de leche remanente que tienen los productores caprinos de la región norte de Cruz del eje”, dijo Hall.
El refrigerador está compuesto por tres partes: un colector, un condensador y una cámara fría. Otra de las características es que es mucho más amigable con el ambiente que las heladeras convencionales, ya que funciona con energía renovable. Es decir, herramientas diseñadas para brindar beneficios que mejoren la calidad de vida y la sustentabilidad de los sistemas productivos sin perjudicar el ambiente, adaptables tecnológicamente y que, además, agregan valor a los productos generados.
Enfoques de investigacion
Los investigadores del IPAF Región Pampeana del INTA que participaron en este proceso partieron de dos preguntas: en primer lugar, ¿cómo construir estructuras de sostén locales para hacer accesibles objetos que permitan generar mejoras de calidad de vida y/o en las condiciones de trabajo? Y por otra parte, ¿cómo fomentar plataformas para conectar de forma sostenida en el tiempo el seguimiento de problemas y conocimientos que posibiliten desarrollar soluciones?
Para abordarlas, los investigadores utilizaron un modelo conceptual que permite hacer visible el mapa de las competencias tecnológicas de Cruz del Eje. Este modelo asienta sus bases en el enfoque socio-técnico de la tecnología, ya que hace foco tanto en los artefactos (definidos como objetos) como en el sistema de relaciones que los posibiltan.
Para estudiar dichas relaciones se incorporó la noción de estructura de sostén que incluye a todos los agentes del territorio que sostienen los procesos de innovación. Sergio Justianovich y Marcos Hall sostuvieron que, en este enfoque, “la innovación es entendida como un proceso social e interactivo que involucra la adopción productiva de nuevos saberes, en el marco de un entorno específico y sistémico como un factor de mejora de la calidad de vida de las relaciones sociales y en las unidades productivas”.