31 de mayo de 2013

Una forrajera promisoria para zonas marginales

Técnicos del INTA presentaron a Chamical INTA, una gramínea que se caracteriza por adaptarse a suelos salinos y áridos, con buen potencial de producción de forraje y aptitud para el pastoreo directo.

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Un equipo de investigadores del INTA, integrado por especialistas de La Rioja, Catamarca y Pergamino, presentaron la primera variedad forrajera nativa para el Chaco árido. Se trata de Chamical INTA, recientemente inscripta en el Registro Nacional de la Propiedad y en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE). El nombre científico de la especie es Trichloris crinita, y se destaca por su tolerancia a bajas precipitaciones, elevado potencial forrajero, muy buena aptitud para el pastoreo directo y adaptación a suelos salinos y arcillosos.

Pedro Namur, especialista en pasturas del INTA La Rioja y uno de los obtentores del nuevo cultivar, destacó la importancia del desarrollo: “Apostamos al mejoramiento de variedades nativas, para que el productor tenga una alternativa para recuperar áreas degradadas”. Además, es una opción interesante “para aumentar la producción de carne por hectárea”, señaló.

Se trata de una gramínea megatérmica, que crece en el verano con el aporte de las lluvias. Se desarrolla “muy bien en suelos pesados, con alto contenido de arcilla y salinos. Por otro lado, es eficiente en el uso del agua debido a que resiste a bajas precipitaciones y altas temperatura”, indicó Namur y agregó: “En áreas donde las precipitaciones se registran por debajo de los 350 milímetros anuales, este cultivar podría tener ventajas competitivas respecto a otras megatérmicas introducidas”.

De acuerdo con Adriana Andrés, especialista en especies y cultivares forrajeros del INTA Pergamino –Buenos Aires–, esta variedad está adaptada a las condiciones de clima y suelos de Chamical –La Rioja–. “La seleccionamos por su producción de forraje, semilla y tolerancia a sequía y frío”, expresó. Se conformó un lote de producción de semillas en la experimental del INTA en La Rioja y, luego de años se generó una población estable denominada Chamical INTA. Allí, fue multiplicada en lote aislado.

Para Emiliano Quiroga, especialista en pasturas del INTA Catamarca, esta variedad es ideal, además, para recuperar áreas degradadas. “Es una interesante alternativa ecológica para frenar los procesos de degradación”, dijo.

Con rendimientos promedios que rondan los 2.500 kilogramos de materia seca por hectárea, soporta bien el pastoreo y presenta buenos niveles de calidad de forraje. Sus contenidos de proteína bruta van de 13% en hojas verdes a 7% en hojas secas. “Comparado con otras pasturas los valores son similares, aunque su potencial está en la capacidad de enfrentar períodos de escases hídrica”, expresó Quiroga.

Entre las ventajas comparativas, los especialistas coinciden en que “al ser una especie nativa, se adaptada muy bien a las condiciones ambientales de la región y casi no tiene plagas ni enfermedades que afecten los rendimientos”.

Chamical INTA es una variedad que se fecunda a sí misma –autógama–, perenne, con un ciclo de crecimiento de seis meses (noviembre-abril) y de floración de cuatro meses (diciembre-abril).

“Al ser una especie nativa, se adaptada muy bien a las condiciones ambientales de la región y casi no tiene plagas ni enfermedades que afecten los rendimientos”.

“Fenotípicamente, el cultivar presenta láminas sin pubescencia  de 8,3 centímetros de largo y 20 milímetros de ancho. Su panoja está formada por un fascículo de 15 racimos por inflorescencia, con un largo de 9,9 centímetros y es de color pajizo claro a la madurez. La caña floral alcanza un largo promedio de 40,2 centímentros con nudos de color marrón oscuro. El peso de mil semillas es de 0,1328 gramos y, en condiciones de secano, el rendimiento de semillas es de 392 kilogramos por hectárea”, explicó Andrés.

La inscripción en el Registro Nacional Cultivares y en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares del INASE es para destacar debido a que “no existen antecedentes en el país de desarrollo de descriptores morfológicos e inscripción de gramíneas nativas” explicó Namur. En el caso de Chamical INTA, el registro para inscripción fue elaborado por el INTA, y esto constituye un gran aporte para la protección del germoplasma nativo.

“Sabemos que nos falta profundizar la investigación para mejorar algunos aspectos como la facilidad de implantación y la velocidad de crecimiento inicial de las plantas, entre otros aspectos”, concluyeron los especialistas del INTA.