27 de julio de 2015

Trigo: para 2050, su demanda crecerá un 60 por ciento

Para enfrentar este desafío mundial, se planteó una iniciativa internacional –de la que participan técnicos del INTA y del Conicet– a fin de intercambiar recursos y capacidades para aumentar su producción sustentable.

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Considerado por los especialistas como un alimento básico, el trigo es un cultivo que aporta el 20 por ciento del total de las calorías y proteínas de la alimentación mundial. Como es sabido, la población aumentará a 9,2 millones de habitantes y, en consecuencia, la demanda de este cultivo trepará un 60 por ciento. En este contexto, surge la Iniciativa en Trigo de la que participan, en representación de la Argentina, investigadores del INTA y del Conicet.

Se trata de una propuesta, motorizada por Francia y avalada por los ministros de Agricultura de los países miembro del G20, que busca adelantarse a las demandas futuras de alimentos en un mundo intimidado por el cambio climático, la limitada superficie cultivable, la competencia de los biocombustibles y el posible aumento de precios.

En representación de la Argentina participan Gabriela Tranquilli –del Instituto de Recursos Biológicos INTA Castelar–, Marcelo Helguera –del INTA Marcos Juárez, Córdoba– y Viviana Echenique –Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida del Conicet–.

Así, junto a otros especialistas del mundo, intercambian recursos y capacidades, al tiempo que coordinan sus investigaciones genéticas, genómicas, fisiológicas, agronómicas y de mejoramiento del cultivo a fin de aumentar su producción sostenible.

En este sentido, Helguera ponderó la oportunidad a la que se enfrenta nuestro país al “presentar características agronómicas y agroindustriales que lo consolidan como un importante jugador en la producción de trigo contribuyendo a la soberanía alimentaria a escala nacional, regional y global en un marco de desarrollo sustentable”.

Por su parte, Tranquilli destacó la importancia de la participación argentina en esta iniciativa por “redundar en beneficios” para las investigaciones realizadas en el INTA. “Visibilizar las problemáticas priorizadas para el cultivo estimula la interacción con grupos extranjeros lo que potencia las capacidades de ambos”, aseguró.

Helguera fue un pasó más allá y aseguró que la participación activa de investigadores del INTA en esta iniciativa es una oportunidad para integrarse en las tramas globales de conocimiento e innovación considerando temáticas limitantes y estratégicas para el mejoramiento del trigo.

Unidos por un mismo fin

De acuerdo con la iniciativa, todos los países productores de trigo comparten la necesidad de aumentar el potencial de rendimiento, asegurar su alta calidad, disminuir las pérdidas ocasionadas por plagas y enfermedades, enfrentar la variabilidad climática, aumentar la sostenibilidad de los sistemas de producción y habilitar tecnologías de uso compartido.

En este sentido, la agenda estratégica identificó que las prioridades de investigación deben ser abordadas a escala internacional mediante una acción integrada. Esto, proporcionará un marco tanto para los investigadores públicos y privados, como para los financiadores y los responsables políticos, para trabajar juntos y responder al reto de incrementar de manera sostenible la producción de trigo y de contribuir a la seguridad alimentaria mundial.

Asimismo, la propuesta considera ciertos factores que revolucionarán el mejoramiento de trigo en el futuro, entre los que se destacan la disponibilidad de una secuencia de referencia del genoma del trigo ensamblada y anotada, la accesibilidad a datos científicos y herramientas de análisis mediante un sistema de información específico y la creación de nuevas combinaciones de alelos deseables mediante nuevas técnicas de mejoramiento.

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