“Tenemos la red de radares más moderna del país”
Lo afirmó Pablo Mercuri, director de Clima y Agua del INTA, en un simposio sobre el tema en Cancillería. Participaron Francisco Anglesio y Eliseo Monti ––vicepresidente y director nacional del INTA, respectivamente–.
“Con nuestros radares brindamos muchos servicios al sector agropecuario”, indicó Pablo Mercuri, director de Clima y Agua del INTA, en el marco del simposio de Radarización y Sistemas de Alerta Hidrometeorológicos realizado en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación en Capital Federal. Aquí participaron Francisco Anglesio y Eliseo Monti.
Mercuri destacó que el INTA posee “la red más moderna y abarcativa de radares meteorológicos de la Argentina que cubren un área aproximada de 40 millones de hectáreas”.
En este sentido, Francisco Anglesio destacó que estos desarrollos “nos llenan de orgullo a quienes hoy nos toca llevar la conducción del INTA”. Y agregó que se debe trabajar para “completar el espectro de información y de alcance para medir con mayor exactitud los eventos de tipo meteorológico”.
En la actualidad, el instituto posee tres radares meteorológicos: Pergamino, Anguil (La Pampa) y Paraná (ubicada en la zona núcleo productiva de la Argentina). Todos operan en el marco de un convenio entre el INTA y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
De acuerdo con Mercuri, “los radares de Anguil y Paraná cuentan con tecnología de última generación, doppler de doble polarización y cuentan con una cobertura de 240 kilómetros de radio que permiten determinar con precisión lluvias y granizos”.
Un radar meteorológico permite determinar áreas afectadas por precipitación, visualizar la evolución de tormentas y predecir su desplazamiento sobre el terreno. Además, ayuda a elaborar pronósticos de muy corto plazo con muy buena precisión geográfica.
Los índices agrometeorológicos tienen un sinnúmero de aplicaciones en el sector agropecuario como: seguimiento y atención de los periodos críticos de cada cultivo, impacto de olas de frío o de calor, temperaturas y humedad.
Para Roberto De Ruyver, coordinador del Área de Agrometeorología del Instituto de Clima y Agua, este estudio “juega un rol transcendental en las actividades agropecuarias”. Además, “el conocimiento del clima de un lugar y su variabilidad, a partir de registros históricos suficientemente largos, son esenciales. Sin estos registros, las decisiones tendrían mucho de azar”, explicó.
Actualmente, el INTA forma el Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (Sinarame), que pertenece al Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación, que tiene entre su principal objetivo el desarrollo y la construcción de radares meteorológicos argentinos.
Aportar conocimientos
Entre sus principales funciones los radares del INTA brindan información demanda por el sector agropecuario como: seguimiento de lluvias y eventos extremos como granizo y vientos intensos.
Pablo Mercuri puntualizó que esta red brinda información útil que da respuesta precisa tanto temporalmente, cada 10 minutos genera una imagen de la atmósfera baja, como espacialmente con mucho detalle. “En cada evento de lluvia tenemos en la Web del INTA un incremento de 20 mil accesos por consultas”, detalló.
Es por esto que nuestra institución aporta en este simposio los conocimientos de los profesionales: tanto en la operación de los radares como en la correcta aplicación de estos datos.
Participaron de este encuentro junto al INTA, el Instituto Nacional del Agua (INA), la Armada Argentina, la dirección de Agricultura y Contingencias Climáticas, Hidrografía Argentina, la Administración Nacional de Aviación Civil, Conicet, el departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, la Universidad Nacional de Córdoba y la Facultad de Matemática, Astronomía y Física. Además disertaron profesionales de Canadá, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil y España.
Pablo Mercuri, director de Clima y Agua del INTA