28 de abril de 2011

Rosalía INTA, el nombre de la cebadilla criolla

Con un rendimiento de materia seca 5% superior a otras variedades y resistente a sequías, la unidad Pergamino obtuvo este material con gran potencial productivo.

Alta producción de forraje, calidad de materia seca y óptimo comportamiento ante condiciones de estrés hídrico son las notas que distinguen a Rosalía INTA, una nueva variedad de cebadilla criolla inscripta recientemente en el Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares del INASE.

Se trata de un cultivo con enormes posibilidades en sistemas intensivos debido a, principalmente, su gran crecimiento inverno-primaveral, alta calidad y preferencia animal. Además, la cebadilla criolla puede utilizarse como complemento de pasturas perennes y es apta para pastoreo directo, heno y silaje.

“Rosalía INTA tiene la capacidad de tolerar sequías temporales por su sistema de raíces vigorosas”, expresó Pedro Rimieri, especialista en genética vegetal del INTA Pergamino –Buenos Aires– y obtentor de la nueva variedad. Esa particularidad, añadió, “le permite recuperarse rápidamente aún con escasas precipitaciones”.

De acuerdo con el técnico, el material posee diferencias cualitativas en porte, macollamiento –capacidad de rebrotar después del pastoreo o corte– y proporción de hojas, que le aportan características de adaptación y calidad nutritiva superiores.

De hecho, el material rindió 9.600 kilogramos de materia seca por hectárea en un período signado por la escasez de pasto –fines de invierno y principios de primavera–, una cifra que representa un 5% más que las cebadillas evaluadas. En este sentido, estudios conducidos por especialistas de esa unidad del INTA confirman que la nueva variedad presente mayor proporción de hojas (láminas) que los cultivares comerciales.

“La nueva variedad produce forraje de alta digestibilidad y bajo contenido de fibra, con mayor proporción de hojas que el germoplasma de origen”, dijo Rimieri quien, además, destacó que “en los períodos de mayor producción otoño-primaveral, la digestibilidad varió entre 85 y 65%, mientras que el rango de fibra osciló entre 42 y 59%, valores de calidad muy buenos, aún para el estado de panojamiento”.

Mediante la firma de un convenio de transferencia tecnológica con la empresa Caverzasi Ortín y Cia. S.R.L. –licenciatario exclusivo– se concretó el desarrollo de este nuevo cultivar mejorado de cebadilla criolla, que “toma como base las poblaciones de germoplasma recolectadas y cultivares experimentales”, puntualizó Rimieri.