17 de septiembre de 2011

Premian trabajo del INTA que mide emisiones GEI del biodiesel

El ministro de Agricultura de la Nación distinguió al instituto por el desarrollo de un calculador que demuestra el ahorro de emisiones del biodiesel argentino, que supera el 70%.

El quinto congreso de la soja del Mercado Común del Sur (Mercosoja 2011), realizado en Rosario –Santa Fe–, fue el escenario elegido para premiar al INTA por el desarrollo de un calculador que permite determinar la huella de los productos agropecuarios. El reconocimiento fue recibido por Jorge Hilbert, coordinador del Programa Nacional de Bionergía del INTA y principal autor del trabajo, entregado de manos del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez.

“La importancia del logro se basa en que demuestra con evidencia y trazabilidad el ahorro de emisiones del biodiesel argentino frente a las exigencias europeas. En este caso, los ahorros superan el 70%, muy por arriba de las exigencias del 35% del mercado”, expresó Hilbert, quien realizó la investigación junto con el especialista Sebastián Galbusera en la empresa Viluco, de la localidad de Frías –Santiago del Estero–.

“El calculador se vale de todos los sistemas de registro de datos de la empresa, que abarcan desde la producción a campo propio, logística, trasporte, almacenamiento, proceso industrial y flete con destino a Europa”, añadió el coordinador.

La Argentina tiene grandes oportunidades para abastecer ese mercado, siempre que pueda ajustarse a los criterios de sostenibilidad requeridos, como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) derivada del uso de biocombustibles.

El peso de este desarrollo debe medirse en el contexto internacional de las políticas de fomento de biocombustibles, adoptadas fundamentalmente en la Unión Europea, a partir de la demanda de productos “sustentables” registrada durante los últimos años, también motivada por la necesidad de diversificar las fuentes energéticas y desarrollar combustibles de transición. Concretamente, señaló Hilbert, la directiva 2009/28/CE del Parlamento Europeo “establece criterios para el uso de biocombustibles dentro de la comunidad y la potencial aplicación a programas de asistencia financiera”.

En este sentido, la Argentina tiene grandes oportunidades para abastecer ese mercado, siempre que pueda ajustarse a los criterios de sostenibilidad requeridos, como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) derivada del uso de biocombustibles. La directiva europea define, en particular, que para acceder a beneficios impositivos debe asegurarse una reducción mínima del 35%, un nivel que crecerá al 50% en 2017 y a un 60% para 2018.

Así, el desafío argentino será, para el técnico del INTA, “analizar y demostrar la sustentabilidad de los sistemas productivos de los biocombustibles para exportar a la Unión Europea”.

Este escenario permitió el desarrollo del trabajo “Metodología de análisis integral de la producción de harinas y biodiesel a partir de soja en una planta integrada regional”, que Hilbert y Galbusera llevaron adelante para estudiar las emisiones GEI en toda la cadena de producción, desde la generación de materias primas, hasta su exportación.

“Para realizar este análisis, se han llevado adelante visitas a los establecimientos de AG-Energy y Viluco, se han relevado los sistemas de información y gestión de la empresa, se elaboró un modelo de cálculo consistente con la norma europea y finalmente se ha desarrollado una herramienta de estimación de emisiones de gases de efecto invernadero a medida de AG-Energy”, explicó Hilbert.

Para facilitar el análisis, los técnicos dividieron el ciclo en cuatro etapas: producción agrícola, fletes de materias primas, producción de biodiesel y coproductos y flete a destino, estimado desde la planta al puerto en camión y de allí en buque hasta Rótterdam.