08 de agosto de 2013

Cortar por lo sano para controlar las polillas

Las orugas cortadoras afectan al girasol, al maíz y a la soja, lo que genera importantes pérdidas. La solución está en los monitoreos tempranos y constantes. Recomendaciones técnicas y alternativas de control de plagas del INTA Pergamino, Buenos Aires.

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Durante la noche y en plena oscuridad, las orugas cortadoras afectan al girasol, maíz y soja, lo que provoca importantes pérdidas. De acuerdo con Pedro Leiva, técnico del grupo de entomología del INTA Pergamino –Buenos Aires–, resulta “primordial” un monitoreo temprano y constante de la plaga.

“Anticiparse al problema, es posible”, aseguró el técnico. Para ello, resulta “fundamental” realizar un monitoreo previo a la siembra mediante trampas de luz y estar atentos a la advertencia temprana de los servicios de alerta.

De acuerdo con el especialista, “el monitoreo permite predecir los daños y, en consecuencia, reducir la urgencia de los tratamientos y contar con la disponibilidad de equipos”.

Las orugas cortadoras se encuentran a nivel del suelo y habitan las malezas del barbecho. Así, atacan el cultivo recién emergido y cortan las plántulas a la altura del cuello de la raíz o por debajo, “lo que elimina la posibilidad de supervivencia del mismo”, explicó Leiva.

“Estas larvas se caracterizan por tener hábitos nocturnos y por la voracidad y rapidez con que se alimentan”, indicó el técnico quien aseguró que como el hábitat de las orugas ofrece mucho refugio, “es de vital importancia la calidad de la aplicación”.

Para asegurar esto, recomendó “realizar pulverizaciones nocturnas a base de piretroides para que coincidan con una larva expuesta, con muchas gotas pequeñas y un caldo concentrado”.

Luego del control de malezas y previo a la siembra, el productor debe monitorear las larvas en el lote con cebos. “Su efecto es lento y disminuye con la presencia de lluvias, por lo que hay que anticiparlo a la siembra para asegurar el tiempo suficiente para un control efectivo”.

Si el productor no realizó ningún tipo de monitoreo previo, aún tiene una posibilidad de manejo: el tratamiento post emergencia. De acuerdo al grado de infestación e intensidad de los daños, podrá optar entre un cebo sólido o una aspersión líquida convencional.

En todos los casos y a fin de proteger la salud y el ambiente, el técnico destacó la importancia de solicitar el asesoramiento de especialistas del INTA en materia de buenas prácticas en la aplicación de agroquímicos.

Resulta fundamental realizar un monitoreo previo a la siembra mediante trampas de luz y estar atentos a la advertencia temprana de los servicios de alerta.

Quién es quién

De acuerdo con Leiva, es importante identificar las especies cortadoras predominantes para predecir el momento de ocurrencia de ataques y su intensidad.

“Si bien son fáciles de detectar en el estado adulto y en trampas, cada una –según su especie– tiene sus propios hábitos y características”, indicó el especialista. Para simplificar la tarea, recomendó usar como guía el libro del INTA que contiene fotos y una ficha técnica de las cinco especies existentes.

Se trata de polillas grandes de 42 milímetros de envergadura con un primer par de alas oscuras y un segundo claro. Las hembras son siempre más grandes que los machos. Esta plaga se caracteriza por vuelos nocturnos y son intensamente atraídos por la luz.