07 de noviembre de 2016

Plantas tóxicas: pautas para evitar pérdidas en el rodeo

El consumo de sunchillo, duraznillo negro y abrojo grande puede intoxicar al ganado y producir pérdidas por mortandad de hasta el 90 %. El Servicio de Diagnóstico del INTA Balcarce recomienda recorrer los lotes e identificar las especies.

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Los efectos de las intoxicaciones por plantas y sustancias tóxicas repercuten en el resultado económico de los sistemas ganaderos debido a que pueden afectar hasta el 90 % del rodeo. De acuerdo con el Servicio de Diagnóstico del INTA Balcarce –Buenos Aires– es importante recorrer los lotes y estar atento a los síntomas, debido a que los efectos pueden expresarse en diferentes formas: muerte súbita, mermas en los índices reproductivos, abortos, malformaciones congénitas o afectar la performance productiva.

Ernesto Odriozola, responsable del Servicio de Diagnóstico de esa unidad del INTA, destacó la importancia de la prevención debido a que resulta sumamente “difícil cuantificar económicamente las pérdidas ocasionadas por las enfermedades tóxicas y esto se debe a que ocasionan múltiples efectos”.

“Una característica de la mortandad producida por plantas tóxicas o sustancias tóxicas es que afecta a un gran número de animales y en un corto periodo de tiempo”, expresó Odriozola.

En la zona de influencia del INTA Balcarce, la planta que produce la mayor cantidad de muertes es el sunchillo, también conocida como yuyo sapo o clavel amarillo (Wedelia glauca). Si se toma como base el efecto mortal, “sin dudas es la más importante”, destacó Odriozola.

El sunchillo crece a partir de septiembre y florece en verano. Es posible encontrarla en suelos de buena calidad y modificados, en cercanía de montes, terraplenes de vías de ferrocarril o construcciones. “Es importante recordar que esta planta en particular conserva la toxicidad aun henificada”, aseguró el especialista del INTA.

Tanto el duraznillo negro (Cestrum parqui), el abrojo grande (Xanthium cavanilliesii) como el sunchillo comparten el mismo principio tóxico y afectan el hígado de los animales provocándoles la muerte dentro de las 24 horas de consumidas.

Para el investigador del INTA, las medidas para evitar el consumo son “el reconocimiento de la planta y su eliminación con el uso de herbicidas”. Reconocerla es sencillo y es lo más eficiente debido a que le permite al productor evitar su consumo directo y no enrollarla.

En cuanto a los signos de intoxicación, Odriozola indicó que se observan animales con “marcada agresividad, caída lateral, pedaleo y, en algunas oportunidades, puede aparecer materia fecal con sangre”.

De acuerdo con Odriozola, “el desarrollo de la intoxicación es tan rápido que difícilmente se puedan ver los signos clínicos y, más aún, aplicar un tratamiento”.

Por esto, Odriozola recomendó tomar recaudos frente a la posible presencia de sunchillo, falaris (Phalaris angusta), algas verdes azuladas –pueden encontrarse en lagunas de agua dulce–, pasto miel (Paspalum dilatatum) y gramilla (Cynodon dactylon).