03 de diciembre de 2014

Melón de Media Agua: un fruto con calidad certificada

Con características únicas propias de las condiciones climáticas, tipo de suelo y los saberes de San Juan, este producto cultivado por agricultores familiares obtuvo, con el apoyo del INTA, el sello de Indicación Geográfica (IG).

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Grande, aromático, muy dulce, jugoso y de textura firme. Así es el melón que producen más de 100 agricultores familiares en la localidad de Media Agua –San Juan– que ahora cuenta con el sello de calidad Indicación Geográfica (IG). Un logro de productores e instituciones del sector, entre ellas el INTA, el gobierno de San Juan y el municipio de Sarmiento, que impulsaron el desarrollo territorial y el agregado de valor en origen.

Débora Lavanderos –técnica del INTA Media Agua, San Juan, y colaboradora del proyecto– subrayó la importancia del sello por permitir que “los melones de la región se distingan sobre otros similares por su calidad garantizada y de origen, lo que impacta y mejora su posicionamiento y comercialización en los mercados”.

Entre los objetivos de la creación de la IG, la técnica destacó que trabajaron en la asistencia a la promoción de la agricultura en general y de su cultivo en particular. “También nos enfocamos en el incremento de la rentabilidad mediante el resguardo del prestigio comercial del melón de Media Agua, como así también su autenticidad y originalidad”.

“El melón es un producto alimenticio que sólo puede venderse en fresco sin ningún tipo de industrialización”, explicó Lavanderos quien además aseguró que la “única manera de agregarle valor a la producción era la obtención de un sello de calidad”.

Por esto, más de 100 agricultores familiares se reunieron y, mediante una reconstrucción colectiva, definieron las características particulares del melón que allí producen. Asimismo, consideraron las características naturales y geográficas de la región, como así también los saberes propios de quienes los cultivan.

Gracias al trabajo articulado de varios organismos del Estado, determinaron un protocolo consensuado de los parámetros productivos, normas de inocuidad, cualidades físico químicas y organolépticas, y demás aspectos técnicos. Con esta información, se impulsó la construcción de la indicación geográfica como una herramienta para fomentar el desarrollo territorial y el agregado de valor en origen.

Grande, aromático, muy dulce, jugoso y de textura firme. Así es el melón que producen más de 100 agricultores familiares en la localidad de Media Agua –San Juan–.

En este sentido, Elena Schiavone –técnica del Programa de Gestión de Calidad y Diferenciación de Alimentos (Procal) que encabezó el proyecto– explicó que el melón de Media Agua es un fruto de “gran calidad y reputación en los mercados” producto de una “combinación de factores ambientales y humanos”. “Así, –detalló– se entrelazan los saberes de manejo de suelo y riego –propios de una tradición productiva heredada a través de tres generaciones– con características físico químicas del agua y suelo de la zona”.

Asimismo, ponderó el interés de los productores en “crecer en el cultivo de melón y su producción mediante la incorporación de nuevos avances tecnológicos, como mulching, siembra por plantín y semillas híbridas a fin de acortar el ciclo, mejorar la calidad y alcanzar a los mercados nacionales en los momentos de mejores precios –2da quincena de diciembre–”.

La aprobación de la Indicación Geográfica (IG) es la etapa final de un extenso trabajo realizado desde 2010 por la Mesa para el desarrollo del Melón –integrada por productores meloneros y referentes del INTA Media Agua y el Área de Producción de la Municipalidad de Sarmiento– y el Ministerio de Producción de San Juan.

Además, contó con el apoyo del Programa de Gestión de Calidad y Diferenciación de Alimentos (PROCAL II), el Programa de Desarrollo de Áreas Rurales (PRODEAR), el Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (PROSAP) y la Secretaría de Agricultura Familiar en San Juan, todos dependientes del Ministerio de Agricultura de la Nación.

Con este reconocimiento, ya son cinco los productos agroalimentarios nacionales diferenciados con el sello de calidad de Denominación de Origen e Indicación Geográfica: DO “Salame de Tandil”, DO “Chivito Criollo del Norte Neuquino”, IG “Salame Típico de Colonia Caroya”, IG “Cordero Patagónico” y la IG “Melón de Media Agua, San Juan”.

La Indicación Geográfica (IG) es un sello que protege y exige una calidad específica del producto asociada al territorio.

Un sello que hace la diferencia

La Indicación Geográfica (IG) es un sello que protege y exige una calidad específica del producto asociada al territorio. Así, se incentiva a los productores por la obtención de un reconocimiento social, por la promoción de una actividad con calidad certificada y por la posibilidad de un incremento de sus ingresos debido al agregado de valor en origen que implican.

Este es el caso de los melones de Media Agua, destacados en la región por ser grandes, aromáticos, muy dulces, jugosos y de textura firme. Cultivados en zonas de antiguas lagunas, de tierras franco arcillosas o limosas, en un clima desértico con grandes amplitudes térmicas y regados con agua de deshielo de la cordillera de Los Andes, estos frutos ahora tienen el sello IG que garantiza su origen y calidad.

Son las condiciones climáticas, el tipo de suelo y los saberes de los productores de San Juan lo que le imprimen características que los hacen únicos en la región. Así, mediante el sello IG podrán agregar valor a la producción y aumentar su rentabilidad, al acceder a nuevos mercados con precios diferenciados.

Este es un caso de cientos a lo largo y ancho del país que se esfuerzan por diferenciarse e identificarse como proveedores de alimentos y productos de calidad certificada. El INTA acompaña el desarrollo de proyectos que buscan distinguir producciones marcadas por su lugar de procedencia y el proceso que permite elaborarlas.

Son productos con características únicas, resultado de la combinación de recursos naturales locales (suelo, relieve y clima) con tradiciones culturales (conocimientos especializados que se trasmiten por generaciones) en una zona determinada, que generan un vínculo entre el producto, el territorio y su gente.

En la Argentina, la Ley Nacional Nº 25.380 (y su modificatoria, la Ley 25.966) define a la Indicación Geográfica (IG) como “la designación que identifica un producto como originario del territorio de un país, de una región o localidad, cuando determinada calidad u otras características del producto son atribuibles fundamentalmente a su origen geográfico”.

En cuanto a la Denominación de Origen (DO), establece que es el sello que sirve para “distinguir un producto originario de una región, provincia, departamento, distrito, localidad o área del territorio nacional, cuyas cualidades o características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico, comprendidos los factores naturales y humanos”.

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