30 de junio de 2015

Maíz: claves para asegurar la calidad e inocuidad

El exceso de humedad registrado en la última campaña plantea un desafío para el almacenamiento seguro. Recomendaciones de manejo según el destino y uso del cereal, como molienda, forrajero o siembra.

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Frente a un otoño lluvioso en la zona núcleo, la cosecha de los principales cultivos se realiza con exceso de humedad. Por esto, el manejo de los granos durante la cosecha y poscosecha es clave para asegurar la calidad e inocuidad y para evitar pérdidas. En este sentido, técnicos de la Unidad Integrada Balcarce (INTA-FCA) ponen el foco en el monitoreo permanente y la planificación.

Diego de la Torre, especialista en poscosecha del INTA Balcarce –Buenos Aires–, expresó que “la humedad es uno de los principales factores que se deben tener en cuenta para la correcta conservación del maíz”.

El almacenamiento indebido del grano húmedo puede resultar en pérdidas de calidad comercial debido al riesgo de la potencial aparición de micotoxinas. “La conservación del maíz, desde la cosecha hasta su uso final, debe realizarse teniendo en cuenta el destino y uso final, como molienda, forrajero o siembra”, señaló de la Torre.

Para el óptimo manejo del grano húmedo es fundamental la puesta a punto de todo el sistema: desde la cosecha hasta el almacenamiento, debido a que esto determina el tiempo y la forma del guardado.

Santiago Tourn, especialista en mecanización agrícola de la Faculta de Ciencias Agrarias de la Unidad Integrada Balcarce, indicó que “las precipitaciones registradas en el sudeste bonaerense determinaron que se prolongue, al menos dos meses, la cosecha de maíz”, quien aseguró que: “Con esta situación, el grano no se llega a secar en la planta y se cosecha con un alto porcentaje de humedad, que en algunos casos llega a 20 %”, expresó.

La planificación y el monitoreo permanente de los lotes serán los aspectos que marcarán la diferencia al momento de la cosecha. “Lotes con gran cantidad de agua en el suelo, complican el tránsito de las máquinas, y además, como la planta está húmeda al momento de trillarla se generan importantes pérdidas de granos y menor eficiencia en la cosecha”, dijo Tourn.

Como la mayoría de los lotes se están cosechando con porcentajes de humedad superior al recomendado, “en esta campaña se deberá contemplar un gasto extra que es el de secado, un costo que varía por tonelada y por punto de humedad removido”, indicó Ricardo Bartosik – coordinador nacional del Proyecto de Eficiencia de Poscosecha del INTA–.

La planificación y el monitoreo permanente de los lotes serán los aspectos que marcarán la diferencia al momento de la cosecha.

Cómo manejar el grano

Para evitar pérdidas existen herramientas que permiten regular los porcentajes de humedad en los granos hasta alcanzar un valor que permita su adecuado almacenamiento, teniendo en cuenta su destino y uso final.

“Si el destino es la molienda, la integridad física del grano es fundamental”, aseguró de la Torre quien además ejemplificó: “Cuando el grano será usado para forraje, lo esencial es el valor nutricional, y en cambio, si el objetivo es guardarlo como semilla para la siembra, lo central será preservar su poder germinativo”.

Asimismo, “cuando el destino es la alimentación humana o animal, la inocuidad del producto es también un atributo esencial, para lo que debe estar libre de contaminación con micotoxinas y pesticidas”, señaló de la Torre.

“El secado permite que se alcance la humedad recomendada y evita el desarrollo de enfermedades que afectan la calidad del grano cosechado”, señaló de la Torre y adelantó: “En esta campaña, los productores deberán tener gastos extras de secado”.

Almacenar un grano húmedo representa una situación de riesgo debido al potencial desarrollo de microorganismos. Por esto, cualquiera sea el destino final del maíz, la técnica de conservación universal es el secado sumado al enfriado, que favorece la conservación y reduce la actividad bilógica de los microrganismos.

“Las condición inicial del grano combinado con el sistema de almacenamiento utilizado definirán el tiempo de almacenamiento seguro (TAS), es decir el tiempo que podemos almacenar ese maíz antes de que sus calidad se vea dañada”, expresó de la Torre.

Tecnología aplicada

El INTA trabaja en numerosos desarrollos tecnológicos que lo ubican a la vanguardia como facilitador para que los productores accedan a diversos servicios de información y comunicación.

Así es que, hoy, resulta posible que un productor visualice desde su celular o tableta lo que sucede en su campo, comande equipos a distancia y acceda a mapas de rindes, aplicación y siembra en tiempo real.

Por esto, para controlar los ventiladores de los silos para enfriar el grano almacenado de manera rápida y eficiente es fundamental para asegurar la calidad de la cosecha, el equipo de Poscosecha desarrolló una aplicación diseñada para celulares y tablets que sugiere la temperatura límite de encendido de ventiladores en base a la posición geográfica del silo y a la información climática histórica y el pronóstico a 10 días. Esto permite hacer un uso más eficiente de la energía y optimiza la función de secado de los granos.

Asimismo, muchas veces la aireación tradicional no permite enfriar los granos a una temperatura óptima (menos de 17 °C) en la época estival. Para optimizar la calidad del grano almacenado, técnicos del INTA Balcarce y Pergamino evaluaron la tecnología de refrigeración artificial de granos como una principal alternativa a la aireación tradicional.

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