28 de septiembre de 2015

Los productores prueban prototipo para hortalizas

Agricultores familiares y técnicos del INTA y de la Comisión de Investigaciones Científicas realizaron las primeras pruebas de una máquina que lava, seca y embolsa hortalizas.

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Gracias a la articulación, especialistas del INTA y de la Comisión de Investigaciones Científicas de la carrera de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de la Plata –UNLP– pusieron en marcha un sistema modular para la poscosecha de hortalizas que, diseñado junto con los productores familiares de la zona entrerriana, logró demostrar capacidad para lavar 200 kilos de batata por hora. Se estima que el prototipo estará disponible para la próxima cosecha.

“Se efectuaron diferentes pruebas de lavado para verificar aspectos funcionales y mecánico-estructurales de la máquina y su uso, con el aporte y discusión de los productores”, afirmó Marcos Hall, director del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) del INTA.

Hall destacó el trabajo del INTA Feliciano –Entre Ríos– que encabezó el proceso de desarrollo de esta innovación junto con los especialistas de la carrera de Diseño Industrial de la UNLP. Del proyecto, participaron Sergio Justianovich, del IPAF, y Matías Novelli, becario de la Comisión de Investigaciones Científicas cuya tesis se basa en el desarrollo y puesta en marcha del prototipo.

“Pudimos lavar 200 kilos de batata por hora y el tiempo de lavado registró un rango que varía entre los 2 y 5 minutos”, calculó Novelli. Fácil de trasladar, la tecnología reemplaza el lavado manual y está compuesta por un sistema que consta de tres máquinas de características modulares que funcionan tanto en forma individual como en simultáneo.

“Cada máquina atiende una etapa específica de la poscosecha, ya sea lavado, secado y clasificación o embolsado”, indicó Novelli, al tiempo que resaltó que la fabricación del prototipo utiliza las capacidades técnicas a escala local.

“Pudimos lavar 200 kilos de batata por hora y el tiempo de lavado registró un rango que varía entre los 2 y 5 minutos”, calculó Novelli.

La opinión de los productores

Los ensayos se realizaron en Feliciano, norte de Entre Ríos, con la participación de los productores, quienes probaron el prototipo y sugirieron algunas mejoras para ajustar el funcionamiento. “Esta máquina será muy útil, porque permitirá lavar batatas y hasta verduras de hoja sin que se dañen”, acentuó Agustín Torres Toledo, agricultor de la zona, y destacó que es una herramienta sencilla de manejar y de reparar.

Por su parte, Santiago Vaccari, otro productor que participó de las pruebas, ponderó el rol que tuvieron ellos mismos en el diseño de la tecnología. “Lo bueno es que no fue algo impuesto, se le planteó la problemática a los técnicos del INTA, al tiempo nos llevaron la idea y, después en distintos encuentros, le fuimos dando forma hasta lograr la lavadora”, relató Vaccari.

Víctor Zambón, que también trabaja en horticultura en la zona, remarcó la importancia de este prototipo para su actividad de todos los días. “Ojalá esté listo para la próxima campaña, ya que eso nos cambiará mucho la forma de trabajar y podremos dejar de hacer el lavado en fuentones, algo que cansa y lleva mucho tiempo”, expresó.

Justianovich: “Este caso es representativo de lo que sucede muchos lugares y, por esta razón, el proceso de desarrollo se puso en discusión con técnicos de otras regiones”.

Innovar en equipo

Según Justianovich, el prototipo se dirige a 30 agricultores familiares que se dedican a la producción de batatas como alternativa de diversificación y tienen dificultades para el acceso a la tecnología, debido al pequeño alcance de su escala. Los cultivos ocupan alrededor de 50 hectáreas ubicadas en la localidad de Feliciano y conviven con la ganadería de cría y la agricultura, actividades tradicionales de la zona.

“Este caso es representativo de lo que sucede muchos lugares y, por esta razón, el proceso de desarrollo se puso en discusión con técnicos de otras regiones como el cordón hortícola de La Plata, Lobería y San Pedro”, señaló Justianovich. Además, contó que existen grupos interesados en probar el prototipo en el sur de Córdoba y en Mendoza.

Por su parte, Novelli estimó que “esta tecnología de uso colectivo que suma escala, ahorra tiempo y hace más eficiente la producción, estará disponible para la próxima campaña”. “El lavado de las hortalizas se hace a mano e implica la incorporación de personal temporario y mucha disponibilidad de tiempo en una tarea engorrosa y sacrificada”, observó.

 

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