06 de julio de 2010

Las cadenas de origen vegetal tuvieron su lugar en INTA Expone

Se expusieron los adelantos en Cereales, Oleaginosas, Hortalizas, Flores y Aromáticas, Frutales, Cultivos Industriales y Forestales

El Seminario INTA Expone sus aportes al país, en el que el INTA ha publicitado sus principales logros tecnológicos, de desarrollo territorial y vinculación en los últimos años constó, entre diversas actividades, cuatro sesiones simultáneas de discusión temática. Estos temas guardaron relación con los Programas de alcance nacional que lleva adelante el organismo. Así fue el caso de la sesión sobre Cadenas de Origen Vegetal, en el que se expusieron los adelantos en Cereales, Oleaginosas, Hortalizas, Flores y Aromáticas, Frutales, Cultivos Industriales y Forestales.

Para el caso del Programa Nacional de Hortalizas, Flores y Aromáticas, su coordinador, el Ing. Agr. Claudio Galmarini señaló que “hemos tratado de rescatar las innovaciones que han sido importantes para el productor, el consumidor y la estructura de la cadena hortícola en general”.

“Entre ellas, podemos mencionar el trabajo de la Asociación Tomate 2000, a través de la cual hemos mantenido y mejorado la competitividad del tomate industria”. La tecnología que han incorporado los productores se ve reflejada en un aumento de los rendimientos. Han pasado de producir 45 t/ha, cinco temporadas atrás, a obtener 75 t/ha en la última temporada. Esta eficiencia ha permitido que el sector no sólo se mantenga en el mercado interno sino que crezca y comience a exportar.

En el caso del ajo, otra cadena hortícola de relevancia en la región de Cuyo, la estrategia es diferente. Aquí se trata de diversificar. Argentina, con 12.000 ha, es el segundo exportador mundial, detrás de China (600.000 ha). “Diferenciamos nuestro ajo para posicionarlo en los mercados externos. Las actividades para lograrlo han sido la diferenciación varietal a través de clones selectos, la diferenciación por fines industriales, culinarios y usos terapéuticos que proporciona esta hortaliza. Se han investigado nuevos sistemas de acarreo y cosecha para reducir pérdidas en esa etapa e incluso nuevas formas de envase para llegar a otros mercados”, expresó.

Otra estrategia es el aumento de valor agregado para el ajo. Y un buen ejemplo podría ser la obtención de cultivares aptas para la industria del deshidratado. Sobre todo, variedades de cebolla y zapallo de altos sólidos, que han permitido a la industria aumentar sus rendimientos industriales y competir con China e India mayormente en los mercados latinoamericanos.

En cebolla se trabaja para incorporar resistencia a dos enfermedades ocasionadas por dos hongos del suelo. El programa también involucra floricultura, para lo cual se están domesticando especies nativas con valor ornamental. En aromáticas se están domesticando especies nativas con valor medicinal y como materia prima para la industria de bebidas. La propia recolección para su uso en esta industria las pone en riesgo de extinción. En este sentido, la labor de caracterización y recolección ordenada ha sido importante.

Cultivos intensivos

El Ing. Agr. Alejandro Schlichter, coordinador de este Programa, se refirió a los avances registrados en los cultivos industriales de algodón, caña de azúcar, tabaco, yerba mate, té, mandioca y maní. En algodón llamó la atención el desarrollo de la cosechadora integral de algodón “Javiyú”, que está adaptada a las necesidades del pequeño productor. Hoy hay 11.000 pequeños productores que no pueden llevar a cabo esta labor con cosechadoras convencionales, por su alto precio. Esta cosechadora revierte tal situación. Actualmente se está fabricando en escala comercial; se vende en la Argentina e incluso se exporta.

En caña de azúcar se destaca el desarrollo de la termoterapia, técnica generada por el INTA para el tratamiento del raquitismo de la caña de azúcar, enfermedad ocasionada por una bacteria, que está presente en aproximadamente el 60% de los cañaverales de la Argentina. La termoterapia no afecta la germinación de la semilla pero sí a la bacteria que la produce. La disminución de la enfermedad ha generado un ahorro de pérdidas anteriores, del orden de los 50 y 60 millones de pesos.

En tabaco puede mencionarse la técnica del almácigo flotante o semi hidroponia para reemplazar el bromuro de metilo, que afecta la capa de ozono. Esta alternativa ambiental ha sido difundida entre productores y, fruto de este trabajo, más del 95% de productores no usan ya bromuro de metilo. Además, cuatro provincias ya han prohibido el uso de este compuesto (Salta y Misiones, para todos los usos, mientras que Tucumán y Corrientes lo han prohibido para tabaco).

En relación al maní, se presentaron tecnologías que el INTA ha desarrollado para superar un problema muy importante para este cultivo: las enfermedades del suelo. Hay diversos hongos que afectaron la producción en los 90. El INTA ha desarrollado tecnologías de rotación y manejo de suelos que buscan evitar esta afección, lo que en parte ya se ha logrado. De este modo, la cadena productiva del maní asegura empleo para 10.000 personas aproximadamente, en Córdoba y La Pampa, provincias productoras.