28 de octubre de 2010

El maíz quiere revancha

La fertilización y los cultivos de cobertura contribuyen a la estabilidad y aumento de los rendimientos, así lo demuestran ensayos del INTA Cañada de Gómez –Santa Fe–.

El maíz es uno de los cultivos con mejor respuesta a la fertilización. Sin embargo, es ampliamente superado –en hectáreas sembradas– por la soja, porque la rentabilidad de los cultivos además de los precios depende también de sus costos de producción.

“Las particularidades del mercado y las condiciones actuales de producción en la Argentina hacen que el cultivo de maíz resulte menos atractivo, debido a que el gasto en insumos excede a los gastos de implantación de la soja –cultivo que ampliaría nuevamente su frontera de producción–“, expresó Julia Capurro, extensionista del INTA Cañada de Gómez –Santa Fe–.

Y agregó que, “la superficie de siembra del maíz no se incrementará si no se asegura un margen bruto atractivo para el cultivo, y la mejor manera de lograrlo es mediante la obtención de rendimientos altos y estables”.

La adecuada nutrición de los cultivos permite optimizar la eficiencia de uso de los recursos e insumos utilizados en la producción. Para los suelos de la región pampeana, el nutriente que en mayor medida condiciona el crecimiento y rendimiento de los cultivos, es el nitrógeno.

Ensayos realizados en el INTA Cañada de Gómez demuestran que la inclusión de vicia sp –como cultivo de cobertura antecesor– y niveles variables de nitrógeno producen incrementos significativos de rendimientos en el cultivo de maíz.

“Todos sabemos la importancia que tiene la rotación de cultivos en la conservación del suelo”, dijo la especialista.  Quien, en este sentido, explicó que “los cultivos de cobertura lo protegen al suelo de la erosión hídrica, mejoran su estructura, contribuyen al manejo de la fertilidad y ayudan a reducir las pérdidas de nitrógeno”.

El ensayo incluyó dos tratamientos de cobertura invernal: con y sin vicia y cuatro tratamientos de fertilización a la siembra de maíz. La vicia llegó a producir 5274 kg de materia seca por hectárea, lo que, según los análisis de tejidos realizados, aportó al suelo más de 200 kg de nitrógeno, 18 kg de fósforo y 13 kg de azufre por hectárea. Los promedios de rendimiento de grano de maíz marcaron una respuesta positiva para todos los niveles de fertilización nitrogenada probados.

Para todos los niveles de Nitrógeno evaluados, el cultivo de maíz rindió significativamente más en los tratamientos que incluyeron vicia como cultivo de cobertura (CC).

“La fertilización del cultivo de maíz y la utilización de cultivos de cobertura –como antecesores– son dos prácticas tecnológicas que podrían complementarse para contribuir a la estabilidad y aumento de los rendimientos en el sur de Santa Fe”, concluyó Capurro.

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