01 de agosto de 2013

Caña de azúcar: símbolo de identidad cultural y desarrollo local

Es la segunda actividad de mayor importancia económica y social del noroeste argentino. Genera 45 mil puestos de trabajo directos e ingresos por $8.000 M anuales. Según el INTA, el sector crecerá un 33% para 2020.

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Con 365 mil hectáreas cultivadas y una molienda de 20 millones de toneladas de caña, la industria azucarera es la segunda actividad de mayor importancia económica y social del noroeste argentino. El sector genera 45 mil puestos de trabajo directos e ingresos por $8.000 millones anuales y, de acuerdo con las estimaciones del INTA, crecerá un 10% para 2016 y un 33% para 2020.

La caña de azúcar en el NOA es un cultivo de fuerte identidad cultural y una producción clave de la economía regional de Tucumán, Salta y Jujuy –con una participación del 98 % sobre el total de la producción nacional– y, en menor medida, en Santa Fe y Misiones.

En las últimas tres campañas, el sector alcanzó una producción promedio de 2.1 millones de toneladas de azúcar y cerca de 380 millones de litros de alcohol destinado a biocombustibles, sobre una molienda de 20 millones de toneladas de caña.

Esta cifra podría aumentar, según la estimación del INTA sobre techos productivos sustentables de las cadenas agroalimentarias y agroindustriales, se proyecta un crecimiento del 10% de la producción para 2016 y de un 33% para 2020.

“Para que esto se cumpla, se deben tener en cuenta las condiciones climáticas, la inversión en infraestructura y que las zonas de Formosa, Chaco, Formosa, Corrientes y Misiones se sumen a la actividad sucro alcoholera”, advirtió Jorge Wallberg –investigador en hortalizas y caña de azúcar del INTA Yuto, Jujuy–.

Actualmente, en nuestro país, hay 365 mil hectáreas de cañaverales cuya producción se destina a 23 ingenios que elaboran azúcar y 16 destilerías –que obtienen alcohol destinado a mezclas con naftas–.

De acuerdo con José Minetti –director del INTA Yuto, Jujuy–, “hay una tendencia hacia el incremento de la superficie implantada debido a las expectativas generadas por la Ley Nacional que regula y promociona la producción y uso sustentables de biocombustibles”.

Fuertemente asociada al progreso y a la prosperidad de la región, esta industria creció gracias a la implementación de nuevas tecnologías y manejos del cultivo, combinadas con aspectos agroecológicos, empresariales y de políticas públicas. Así lo aseguró Roberto Sopena –jefe del Grupo Caña de Azúcar del INTA Famaillá, Tucumán–.

La caña de azúcar en el NOA es un cultivo de fuerte identidad cultural y una producción clave de la economía regional de Tucumán, Salta y Jujuy.

Cuando menos es más

En Tucumán hay 5.400 productores cañeros, el 85% de ellos poseen menos de 50 hectáreas y proveen el 60% de la materia prima. Por su parte, en Salta y Jujuy hay 120 productores, ya que el 90% de la caña procesada es propiedad de los ingenios.

Esto favorece el manejo de la cosecha, sumado a las inversiones en genética, sistemas de riego y a la implementación de  maquinarias de cultivo y cosecha más avanzadas, esto deriva de la mayor disponibilidad de capital que tienen las fábricas con respecto a los productores cañeros independientes.

En consecuencia, los rendimientos promedio de los ingenios son también superiores a los obtenidos por los independientes. Según estimaciones del INTA, los rindes de los cañaverales de los ingenios alcanzan las 93,5 tn/ha, frente a los 75,4 de los pequeños productores.

Más tecnología es mayor rendimiento

Según datos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, el 78% de la actividad cañera de Tucumán se encuentra mecanizada. Esta tecnificación de la producción primaria provocó un aumento de la productividad del cañaveral y acercó los rendimientos medios de Tucumán a los de Jujuy y Salta, históricamente más elevados.

Aportes como el del INTA –que desarrolló la primera cosechadora para caña en verde adaptada a los minifundios– permiten que más de 1.500 pequeños productores del área central cañera de Tucumán cuenten con tecnología apropiada para la actividad.

La máquina Cañera INTA representa una solución que permitirá a los pequeños productores ser más eficientes en la cosecha de la mano de la tecnología apropiada. Además, con su uso se podrá solucionar un problema ambiental: la quema de la caña durante la cosecha.

 

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