16 de julio de 2012

Bioinnovo, una asociación para potenciar el trabajo del INTA

El vicepresidente del INTA, Francisco Anglesio, visitó la primera empresa público-privada que desarrolla productos veterinarios basados en inmunoglobulinas de yema de huevo de gallinas.

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“Es realmente fundamental poner en la cadena de la comercialización  productos  basados en  las inmunoglobulinas de yema de huevo (IgY), para numerosas aplicaciones tales como terapias específicas para enfermedades veterinarias (e incluso humanas) y también kits de diagnóstico”, dijo Francisco Anglesio, vicepresidente del INTA, durante una visita a Bioinnovo, la empresa de capitales mixtos integrada por el INTA y el laboratorio veterinario Vetanco.

Desde el Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVyA) del INTA, en la localidad bonaerense de Castelar, mediante esta empresa público-privada, el INTA desarrolló huevos para combatir patologías que afectan a los animales de importancia productiva.

El logro posibilita transferir anticuerpos  que permiten proteger contra distintas enfermedades. La investigación, publicada en la revista Veterinary immunology and immunopathology, afirma que la “yema de huevo puede ser una potencial herramienta contra la infección por Rotavirus Bovino (BRV) cuando es administrada diariamente e inmediatamente luego del nacimiento, momento en el que la incidencia de ese virus es mayor”.

En este sentido, Anglesio explicó: “Uno de los grandes problemas que tenemos en la Argentina, en el sector agropecuario, son justamente las pérdidas por diarrea neonatal en los primeros estadios de vida de terneros o cerdos”. Para el vicepresidente del instituto, “incorporar este producto en la alimentación permitirá mejorar la sanidad y lograr así la inocuidad necesaria para evitar esas pérdidas”.

El funcionario consideró que esta innovación pone al INTA en un nuevo escenario: “Podemos establecer el trabajo futuro y entrar en la etapa de comercialización de estos procesos y también fortalecer el lazo con las instituciones privadas”. Además, el vicepresidente aseguró que “con este tipo de asociaciones podemos potenciar todo nuestro trabajo y es lo que estamos explorando a través de Bioinnovo”.

Durante su visita, Anglesio estuvo acompañado por el presidente de Vetanco, Jorge Winokur, Carlos González Rivero, de Insumos para la Producción Animal, Marcelo Dalmagro, representante de Bioinnovo, Andrés Wigdorovitz, investigador del INTA y el director del CICVyA del INTA, Juan Carlos Salerno.

Huevos con anticuerpos

La clave de esta tecnología se encuentra en el corazón del huevo: las inmunoglobulinas presentes en la yema (IgY), que son fundamentales para activar la respuesta inmune.

Salerno explicó que las inmunoglobulinas de yemas de huevos son anticuerpos que se forman como respuesta a la inoculación de antígenos seleccionados que pueden ser bacterias, virus, parásitos o proteínas. “Lo importante”, sostuvo, “es que se producen en gallinas híperinmunizadas que transfieren en forma activa a la yema de los huevos, donde se acumulan en gran cantidad, son de fácil extracción y purificación”.

Bioinnovo es la primera empresa público-privada que fabricará industrialmente productos veterinarios en base a tecnología de IgY para el control de patógenos transmitidos por alimentos.

“El INTA posee una sólida trayectoria en la línea de investigación en IgY, introducida desde el año 2001 por el doctor Terzolo, con capacidad técnica para desarrollar y controlar los productos propuestos”, explicó Andrés Wigdorovitz, referente técnico del instituto al frente de IncuINTA (la plataforma técnico-organizativa para el desarrollo de proyectos tecnológicos del INTA), que permitió este desarrollo biotecnológico. A su vez, añadió, “Vetanco es una empresa líder con una amplia inserción en el mercado de aves, cerdos y bovinos, que cuenta con certificación de Buenas Prácticas de Manufactura del Senasa y licencia para comercializar un aditivo alimentario basado en huevo en polvo”.

El investigador del INTA también destacó que “ambas entidades trabajamos de manera conjunta desde 2007, gracias a un convenio de investigación y desarrollo por el cual, además, se construyeron una planta de producción y un granja experimental para la prueba de productos

De acuerdo con Wigdorovitz, “el desarrollo de esta biotecnología en nuestro país ha sido producto de la interacción de diferentes actores de la ciencia, la tecnología y la innovación: el sector gubernamental a través de distintos instrumentos de promoción, el INTA y el sector empresarial, que ha considerado esta tecnología como una oportunidad de innovación y transferencia de los desarrollos conjuntos al sector productivo”.

Por la particularidad de tratarse de un logro en el marco de una empresa de base tecnológica (EBT), explicó el técnico, “la potencialidad de la tecnología es un continuo, que no se agota al momento de obtener un resultado de laboratorio, por lo que la participación de los investigadores involucrados en el desarrollo es esencial para transformarse en una innovación”.

 

  Francisco Anglesio, vicepresidente del INTA