20 de agosto de 2013

Prácticas de manejo: ahora, las pasas se secan en las plantas

Técnicos del INTA San Juan implementaron esta tecnología que reduce hasta un 40% los costos de producción, mejora la calidad, el color y el sabor de la uva pasa.

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Aunque la mayoría de los viñedos del país destina su producción para bodegas y consumo en fresco, hay un porcentaje menor que desarrolla una actividad alternativa: el cultivo de uvas para pasas. En este sentido, un equipo de técnicos del INTA San Juan, trabaja en la implementación de un sistema de secado de uvas para pasas en las plantas. Esta tecnología permite que la uva termine el proceso natural en la planta, reduce los costos de producción hasta en un 40%. Además, mejora la calidad, el color y el sabor de la fruta.

Rodrigo Espíndola, especialista en vitivinicultura de esa unidad del INTA, explicó que “el sistema de secado en planta o DOV (Dry on vine, por sus siglas en inglés) reduce significativamente el proceso a corte de cargadores y cosecha de las pasas, en comparación al sistema tradicional que implica: cosecha de uva, tendido, volteo y levantado de pasas”.

El sistema DOV permite que la uva termine su ciclo en la planta. Si bien el secado es más lento produce una pasa de mejor calidad, evita que se queme con el sol ya que las temperaturas a la altura de los alambres son más bajas que en la superficie del suelo y “no se registraron pérdidas en los rendimientos durante el primer y segundo ciclo de ensayo”, aseguró Espíndola.

Para una correcta implementación de la técnica DOV es necesario tener en cuenta algunas prácticas de manejo: como el tipo y momentos de las podas y el sistema de alambrados para sostener a los racimos.

“La técnica consiste en realizar un corte sobre el 50% de la planta, en la base de los cargadores o guías, cuando la uva está madura. La otra parte, provee la energía y las reservas para que la planta brote en el siguiente ciclo”, señaló Espíndola y aclaró: “Como consecuencia de la deshidratación de los brotes, la uva comienza a secarse”.

De acuerdo con el técnico del INTA, es importante tener en cuenta que “la distribución de la poda debe ser la correcta y que sólo afecte al 50% del espacio de la planta, según su capacidad productiva. De lo contario, es posible debilitarla y reducir su rendimiento”.

Al segundo año, se invierte la zona de corte. Así, la poda que se realizará en el invierno será más simple ya que el nuevo sector productor de madera, ya estará pitoneado y sólo habrá que definir los cargadores en el nuevo sector productor de fruta.

La distribución de la poda debe ser la correcta y que sólo afecte al 50% del espacio de la planta, según su capacidad productiva. De lo contario, es posible debilitarla y reducir su rendimiento

“Hay que tener en cuenta la cantidad de alambres que posee el parral, ya que de no existir suficiente cantidad, no se podrán sostener a las ramas cortadas”, indicó Espíndola.

Asimismo, a pesar de que el tiempo de secado de la fruta en la planta es de 60 días, mientras en el proceso tradicional sólo requiere de 20 (en febrero), “con la técnica DOV, las uvas quedan más limpias, se facilita su procesamiento y, además, la cosecha se puede mecanizar”, dijo el técnico del INTA.

Los primeros trabajos comparativos a campo, se realizaron con la variedad Superior Seedless. “Para evaluar el sistema DOV, dividimos un lote en tres partes en los que utilizamos distintos tratamientos, incluido el testigo que recibió una poda convencional”, expresó Espíndola y agregó: “Luego de ver el comportamiento de los parrales, los rendimientos y la calidad de las pasas obtenidas, consideramos que esta tecnología es una muy buena alternativa para la región”.

Los trabajos experimentales a campo cumplieron dos ciclos, “sin embargo, hay que evaluar una posible caída en los rendimientos originada por los cortes que se ejecutan durante la etapa vegetativa, lo que se medirá con el avance del estudio”, dijo Espíndola.

Entrevista a Rodrigo Espíndola

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