11 de noviembre de 2014

Procisur: agua para el Gran Chaco Americano

Especialistas de los seis países miembros del Cono Sur trabajan en una plataforma de riego que abarque a toda la región. La presentó el INTA en el primer Congreso internacional, en Santiago del Estero.

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A pesar de que Sudamérica concentra el 35% del agua dulce que hay en el mundo, su distribución no es equitativa. Es el caso de la región del Gran Chaco Americano que esconde en su subsuelo enormes reservas de agua dulce pero que no llega a abastecer a las 7 millones de personas que lo habitan. Durante el Primer Congreso del Chaco Americano que organizó el INTA en Santiago del Estero, se realizó el encuentro del Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur (Procisur) para avanzar en una plataforma de riego y recursos hídricos para la región.

“Esta es una zona extensa que, sin ser extremadamente desértica, tiene un gran desafío en materia de escasez de agua”, aseguró, Emilio Ruiz, secretario ejecutivo de Procisur en Uruguay, para quien “es muy importante que esta plataforma amplié su rango de acción en el Gran Chaco Americano para un manejo integral de los recursos porque, a medida que pasan los años, el agua es un recurso cada vez más codiciado”.

El programa cooperativo que llevan adelante el NIAF de Bolivia, Embrapa de Brasil, IPTA de Paraguay, INIA de Uruguay, Chile y el INTA busca formular proyectos que aborden la problemática del agua en la región, aportar asistencia técnica en la construcción de obras hídricas y desarrollar tecnologías a pequeña y mediana escala para garantizar el acceso al recurso.

Santiago del Estero, dentro de esa región, tiene el proyecto de riego más grande que se alimenta del río Dulce y permite regar cerca de 120 mil hectáreas. Según, Daniel Prieto, coordinador del Programa Nacional de Agua del INTA y enlace nacional en la plataforma de Procisur, el riego aporta estabilidad a la producción agropecuaria en la región pero sucede que “su desarrollo se limita a una superficie relativamente cercana a la fuente y queda una franja en el Chaco donde no hay posibilidades de regar y la agricultura y la producción tiene que hacerse en secano”.

El Gran Chaco Americano es la ecorregión de bosques secos más grande de América del Sur que abarca 1.066.000 Km² sobre territorios de Argentina, Bolivia, Paraguay y una pequeña porción de Brasil. En la región, la mayoría de los pobladores son ganaderos, puesteros o agricultores familiares, aunque en las zonas con mayor disponibilidad de riego se dedican a los cultivos extensivos.

Según el especialista, en la Argentina el 80% del agua se encuentra disponible en la zona húmeda, que sólo ocupa el 24% del territorio, y el resto es parte de las zonas semiáridas en donde el agua se extrae de napas subterráneas o se colecta el agua de lluvia.

En esa línea, el secretario ejecutivo de Procisur destacó la labor de los institutos técnicos de los seis países del Conosur que integran la plataforma sobre todo en lo que respecta a sistemas de captación de agua y remarcó una experiencia en el Chaco paraguayo.

En el distrito Teniente Irala Fernández, en la zona del Chaco Paraguayo, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el IPTA de Paraguay y la intendencia construyeron dos sistemas de cosecha de agua de lluvia que permitirá abastecer de agua a los pobladores de la zona.

Hernán Chiriboga, representante IICA Paraguay, aseguró que la obra permitirá “extraer 100 mil metros cúbicos de agua como reservorio de agua que estará a disposición del Ministerio de Agricultura y Ganadería para que sea tratada y filtrada para consumo humano”.

Al mismo tiempo, Chiriboga explicó que el proyecto también contempla realizar la cosecha de agua en aljibes colocados en los techos de las escuelas de la zona para que los alumnos puedan utilizar el agua para regar sus huertas.

En la Argentina el 80% del agua se encuentra disponible en la zona húmeda, que sólo ocupa el 24% del territorio, y el resto es parte de las zonas semiáridas en donde el agua se extrae de napas subterráneas o se colecta el agua de lluvia.

Agua para consumo

En el Gran Chaco Americano, la mayor parte del territorio debe ser abastecida con agua superficial complementada con agua de lluvia. Sin embargo, la calidad del recurso en esa zona tiene un nivel alto de salinidad que restringe su uso directo para consumo y para riego de algunos cultivos.

“Las napas subterráneas en el Chaco semiárido poseen una cantidad de arsénico que representa un grave problema para consumo humano, pero no para los animales ni para el riego de algunos cultivos”, señaló el técnico del INTA Mario Basán Nickisch, quien además mencionó el trabajo que el INTA realiza en esa zona para tratar el agua con destiladores solares que eliminan elementos tóxicos como el arsénico, el flúor y el boro que son perjudiciales en cantidades excesivas para consumo humano.

Al mismo tiempo, el agua de lluvia que es almacenada en reservorios también debe ser tratada para consumo. “Es importante que las cisternas utilizadas estén limpias y hay que desinfectar el agua con rayos ultravioletas para eliminar cualquier patógeno y así poder brindar agua segura a la población”, aseguró Basán Nickisch.

“Las napas subterráneas en el Chaco semiárido poseen una cantidad de arsénico que representa un grave problema para consumo humano, pero no para los animales ni para el riego de algunos cultivos”, señaló Nickisch.

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