24 de julio de 2012

Acuicultura: tecnología para multiplicar peces

El INTA impulsa la cría de peces como una nueva cadena de agregado de valor en origen. Detalles de una producción con buen presente y mejor futuro.

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El NEA hoy es tierra de peces. Así se desprende del trabajo que el INTA realiza en esa región del país junto con productores que se inician en la acuicultura y que ya suman más de 900 en la provincia, explicó Herman Hennig, técnico del instituto en Puerto Rico, Misiones.

Los números son alentadores para quien comience en esta actividad, pues en dos años un productor inicial puede recuperar su inversión: “Para construir un estanque de 3.000 metros cuadrados–casi un cuarto de hectárea– con alrededor de 1.000 peces  se necesita una inversión de 24.000 pesos. Si tenemos en cuenta que cada ejemplar pesa en promedio 1,5 kilogramos, en dos ciclos –dos veranos– pueden recuperarse hasta 30.000 pesos”.

Para Cristiano Casini, coordinador nacional del Área Estratégica Agroindustria, la acuicultura es la fuente de alimento que más creció en los últimos 20 años a escala mundial y “el futuro más promisorio está posado en América Latina y África”.

El especialista de Misiones destacó que el cultivo de peces puede realizarse en una superficie relativamente pequeña y así obtener carne de excelente calidad y con alta productividad, particularmente si se la compara con la ganadería.

Además, esta actividad le agrega valor a la agricultura mediante la elaboración con restos de alimento balanceado. El documento Evolución del sistema productivo agropecuario argentino, del INTA, resume que con la acuicultura enla Argentina se aumenta el uso de harina vegetal como sustituto de la harina y el aceite de pescado en su alimentación: la soja ya representa hasta un 35 por ciento de las raciones para piscicultura.

“El INTA –amplió Casini–  impulsa la piscicultura para generar una nueva cadena de agregado de valor en origen con una característica especial: lograr un pescado diferenciado por su calidad ‘origen argentino’, alimentado con balanceados exclusivamente de origen vegetal y criado en un medio ecológico sano, sin el uso de químicos para mantener el agua y sin contaminación ambiental”.

Será una tecnología muy favorable para la pequeña y mediana agricultura familiar y también podrá ser aprovechada por empresas de mayor tamaño.

Para obtener carne de pescado se necesita menos alimento balanceado, si se lo compara con la ganadería bovina, porcina y aviar. “Para lograr un kilo pescado se necesita en promedio 1,2 de alimento, mientras que para el mismo rendimiento en porcino se deben invertir tres kilos y, para pollos, dos y para bovinos entre seis y siete kilos”, explicó el coordinador del INTA.

En la Argentina, el NEA es la región que más creció en piscicultura, con mil productores y más de1.200 hectáreas sembradas con alevines entre las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones –la de mayor promedio–. La densidad que se trabaja es de 3.500 a 4.000 peces por hectáreas de las cuales se obtienen hasta 700 toneladas de pescado entre pacú, carpas, dorado, surubí, tilapia, sábalo, boga y salmón de río.

Para Hennig, la calidad y cantidad del agua disponible en la provincia de la tierra colorada es la clave para esta producción junto a los suelos que, en su mayoría, son propicios para la construcción de estanques. “La cría de peces en estanques se presenta como un excelente complemento para aprovechar los recursos de la chacra, especialmente de los pequeños y medianos productores, que suelen tener un uso diversificado del suelo. Además, permite utilizar zonas donde no puede realizarse otra producción, como bañados o zonas marginales”.

El NEA es la región que más creció en piscicultura, con mil productores y más de1.200 hectáreas sembradas con alevines.

Al agua, peces Para el coordinador del INTA, China lidera mundialmente la cría de peces. Un dato significativo es que, según la FAO, en 2009 la acuicultura generó el 46 por ciento del suministro total de pescado comestible por más de 70 mil millones de dólares.

Esto marca un futuro más que promisorio para esta actividad, que ya se presenta como un eslabón muy fuerte en la cadena de la agroindustria, ya que en las últimas dos décadas creció a un promedio anual de 9,2 por ciento. Para la FAO, el ritmo de expansión crecerá con el aumento de explotación de este rubro en América Latina y África.

En este contexto, Casini ponderó la labor que realiza el INTA en la Argentina, ya que es una producción que permite optimizar los recursos de la chacra, en sistemas productivos integrados y, además, es semi-intensiva debido a que no es necesario agregar productos químicos ni usar aireadores en los estanques.

De acuerdo con Luciana Luchini, directora de acuicultura del Ministerio de Agricultura dela Nación, esta actividad crece como consecuencia de la diversificación que existe en los establecimientos agropecuarios.

Según las estadísticas del sector, enla Argentinase consume un promedio de 7,9 kilos de pescado por habitante en contraste con los 14,3 kilos por persona en el resto del mundo. “Consumimos muy poco ya que no tenemos una cultura muy fuerte en el consumo de esta carne. Lo más paradójico es que donde menos lo comemos es en el NEA, que es donde más se produce en la modalidad de piscicultura, aunque es mucho lo que podemos hacer para ampliar los promedios”, reflexionó Henning.

En este sentido, el INTA trabaja junto con varias comunidades de esa región en los beneficios que tiene el pescado como salida laboral y en sus ventajas alimenticias.

Duplicar la ganancia Con el objetivo en el crecimiento, productores del NEA se mueven activamente en busca de agregarle valor a esta actividad: “Un pacú promedio pesa dos kilos, lo cual representa aproximadamente 50 pesos; pero si se lo vende como filet, carne molida, hamburguesas y demás derivados el precio se duplica”, ejemplificó el técnico del INTA Puerto Rico.

Para lograr estos resultados, la llave está en que el productor llegue a los frigoríficos con una logística adecuada: cámaras de frío y habilitaciones correspondientes para que sus productos se distribuyan a diversos puntos del país.

En esta línea, Luchini destacó el potencial de la actividad debido al aumento del número de productores que diversificaron sus producciones y ejemplificó: en Santa Fe se instalaron 12 frigoríficos piscícolas y cuatro en Entre Ríos.

“En Misiones nos interesa mucho que se comercialice el pescado en restaurantes y cadenas hoteleras, sobre todo por el turismo que genera la cercanía con las Cataratas del Iguazú. Por esto, ya hay emprendimientos frigoríficos en marcha para los pequeños y medianos productores, los grandes ya poseen los suyos aquí en la provincia y algunos, incluso, ya comercializan en Capital Federal”, indicó el técnico del NEA.

Con esta visión, el INTA participa de un clúster piscícola en el noreste argentino que, según Casini, “busca fortalecer el desarrollo de la acuicultura continental de agua dulce”.

Este clúster está impulsado principalmente por el Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (PROSAP) y lo conforman, junto al organismo agropecuario, el  INTI, universidades, gobiernos provinciales y municipales, la subsecretaría de Agricultura Familiar, institutos de investigación, empresas privadas, escuelas agrotécnicas y la dirección Nacional de Acuicultura del Ministerio de Agricultura dela Nación.

“En la argentina la piscicultura de agua dulce tiene un potencial enorme por la variedad de especies que se pueden producir”, coinciden los especialistas del INTA, quienes afirman que “con integración y trabajo” esta actividad tiene un gran futuro asegurado.

Herman Hennig, técnico del instituto en Puerto Rico, Misiones.

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