15 de abril de 2011

“La cadena de la soja, en 10 años, puede generar 400 mil puestos de trabajo”

Así lo indicó Mario Bragachini, coordinador del proyecto cosecha y poscosecha del INTA en el marco de INTA Expone región pampeana. La mirada de especialistas de la institución.

La fórmula del INTA para el crecimiento: agregar valor en origen para generar trabajo y duplicar la producción. Mario Bragachini, explica que “esta es una ecuación que motiva a todos: por ejemplo, la cadena de la soja –el paso de la producción primaria hasta la góndola-, en 10 años, puede generar 400 mil puestos de trabajo”.

“Las 31 cadenas agroalimentarias de la argentina generan 1,9 millones de puestos de trabajo. En el caso de la soja, actualmente, genera 197 mil puestos de trabajo, el 10% de lo que generan las cadenas agroalimentarias, pero se lleva el 58% del área de siembra. Por esto, insistimos en agregar valor a estos granos y convertirlos en producto balanceado con posibilidades de que se transformen en carne bovina, porcina, caprina, aviar, leche y también pescado (agroacuicultura); así llegaremos a l año 2020 con 400 mil puestos de trabajo sólo en esta cadena”, detalló Bragachini.

En esta línea, Cristiano Casini, coordinador de agroindustria del INTA, remarcó que el objetivo de la institución es que en los próximos 10 años la Argentina sólo exporte productos con agregado de valor.

"La Argentina, en 10 años, debe dejar de exporta commodities", indicó Cristiano Casini

Con la agroindustria como foco, el coordinador estimó que de las 100 millones de toneladas proyectadas para 2011, el 45% se almacenará en bolsas plásticas: “El desafío es agregarle valor a los granos que están dentro de la bolsa, transformándolo en expeller, harina y carne hasta llegar a la góndola”.

“Desde el INTA trabajamos en el agregado de valor para nuevos nichos productivos: como la piscicultura. Debido al potencial de desarrollo que posee la actividad en el Norte del país, siendo en la actualidad el ‘feedlot’ que más crece, incluso supera al de pollo, cerdos, vacunos y de la leche”, expresó Casini.

El génesis de la cadena

Para lograr un óptimo rendimiento en el final de la cadena. La clave está en la calidad al inicio del  proceso productivo. Marcelo Tolchinsky, especialista en mejoramiento genético y director de la estación experimental agropecuaria del INTA en Marcos Juárez –Córdoba–, puntualizó que  “en soja, no debemos perder de vista los aspectos referidos a: materia grasa, proteínas, enfermedades y plagas”.

“En los estudios que realizamos a campo apuntamos a obtener materiales con muy buena respuesta de rendimiento y calidad  para que favorezca a los últimos eslabones de la cadena”, indicó Tolchinsky.

Ya con un grano de soja de calidad, el proceso de extrusado-prensado permite volcar a la producción “un concentrado con un importante contenido proteico, de entre 40 y 47% sobre sustancia seca”. Así lo dijo José María Méndez, especialista del INTA Totoras –Santa Fe–, quien subrayó que “en la actualidad se procesa en origen dos millones de toneladas de soja”.

El proceso de extrusión es el único capaz de cocinar, expandir, esterilizar, deshidratar parcialmente, estabilizar y texturizar los granos en general y las oleaginosas en particular. Esta nueva actividad productiva genera expeller de muy alta calidad; además, “al ser realizada en pequeñas plantas pymes genera un alto impacto económico y social”, destacó Méndez y agregó: “Es un primer paso para aquellos productores que decidieron agregarle valor a sus granos”.

Por su parte, Bragachini, se refirió a la importancia del agregado de valor en origen en relación al impacto social y económico: “En los últimos años se instalaron 200 plantas de extrusado-prensado de soja que producen aceite y expeller a nivel de pymes”, esto se traduce en “más de 1.300 puestos de trabajo directo que le permiten al productor recibir una mayor renta por el grano de soja”.

Producir expeller y aceites con calidad es uno de los puntos críticos de control en una planta de extrusión-prensado de soja. Méndez y Bragachini acuerdan en que la formación del clúster potenciará a esta temática hacia proyectos mucho más ambiciosos que los actuales, con mayor generación de puestos de trabajo y renta.

Bragachini señaló que en 2016 unas 250-300 plantas de extrusado-prensado de soja procesarían el 7% de toda la producción de soja. “Es importante que el productor comprenda que asociarse es una ventaja”.

"La transformación del grano es una oportunidad para que los productores puedan tener su propia planta de biocombustible", sostuvo Errasquín.

En el círculo virtuoso de la cadena de agregado de valor en soja, es clave la transformación del extrusado en expeller y aceite vegetal para la producción de biocombustible.

Lisandro Errasquín, especialista del proyecto Precop del INTA Justiniano Posse,  remarcó que la transformación del grano es una oportunidad para que los productores puedan asociarse para tener su propia planta de biocombustible.

Las moliendas actuales procesan entre 30 y 50 toneladas de soja diaria, lo que representan  entre 3.000 y 5.000 litros de aceite. “La fórmula es que los productores puedan nuclearse para lograr el autoabastecimiento de biodiesel para contar con el combustible en tiempo y forma”, propuso ese especialista.

Esta es una gran oportunidad por ser la Argentina  el tercer exportador mundial de soja y uno de los principales productores de biodiesel.

El productor, para comprender la importancia del valor agregado en origen, debe ingresar en un sistema productivo con tecnología, sustentabilidad y sobre todo con eslabones fuertes integrados a la cadena.

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